El consumo de cemento descenderá un 3% este año, con lo que romperá así la recuperación de los dos ejercicios anteriores, como consecuencia de la «paralización» que registra la obra pública, según avanzó la patronal del sector Oficemen. Las cementeras han revisado a la baja sus previsiones para el conjunto del año, desde la previsión inicial de crecer un 7%, ante los datos del primer semestre, en que la demanda se contrajo un 2,3%, hasta situarse en 5,52 millones de toneladas, un nivel similar a la del año 1965 y que además supone menos de la mitad respecto a la demanda normal estimada para un país como España.

La patronal estima que el consumo de cemento cerrará 2016 en el entorno de 11,15 millones de toneladas, volumen que además de retrotraer al sector a los años sesenta, es un 54% inferior a la demanda media contabilizada en los últimos cincuenta años. Oficemen achaca estos datos a la «paralización» que registra la obra pública en España, principal motor de la demanda de cemento. El consumo de este material de construcción en obras civiles registró un mínimo histórico en el primer trimestre de este año de 1,12 millones de toneladas, tras caer un 27% respecto al ejercicio anterior, y se prevé que se contraiga un 22% en el conjunto del año. El uso de cemento para construir infraestructuras acumula un desplome del 77,5% desde el inicio de la crisis y actualmente supone el 58% de la demanda total de este material de construcción, frente a la tasa del 64% que suponía hace un año.

Este descenso no puede además compensarse en su totalidad con el aumento de la demanda de cemento que proviene de la reactivación en la construcción de nuevas viviendas, pese a que ya absorbe el 20% del cemento, frente al 16% de hace un año.