¿Cree que va a haber muchos candidatos a presidir la Cámara cuando se convoquen las elecciones?

Creo que sí. En la época mía había pocos. Sólo me presenté yo. Aquella era la etapa de Zapatero (aprobó la supresión de las cuotas camerales, que suponían el riñón financiero de estas instituciones). Si antes no había pan para comer y ahora hay bombones, creo que los dulces atraen a mucha gente.

¿Si se presentara su sucesor, Juan Riera, un veterano en la institución, lo apoyaría?

Si me lo pide, sí. No sé si se presentará. Lleva desde 1982 en la Cámara, se conoce todos los recovecos y las grietas de la institución y es amigo.

¿Puede haber candidaturas que representen a las nuevas generaciones empresariales?

Creo que se deben presentar. Ahora llamamos nuevas generaciones a los que tienen ya 50 años. Yo me impliqué poco antes de cumplir los 50.

¿Tiene candidato para las elecciones de la Cámara?

No.

¿Fue difícil suceder a un presidente tan atípico y carismático como Antonio Fernández Valenzuela?

Me fue fácil porque estuve apoyado por él. Es un crack. Es muy amigo y lo he respetado siempre. Y aprendí mucho de él. Si quieres aprender, te enseñan y luego, tu enseñas a los demás.

En la etapa en que entró, ya con la crisis económica encima, ¿era necesaria la contratación de un director-gerente?

El contrato estaba cuando entré, pero dije que había que bajar un 40% la cantidad. La Cámara es como una empresa, necesita un presidente, pero también un director general.

Ahora que ha dejado la presidencia, ¿qué sensación le queda de su gestión?

Creo que he sido un empresario que ha defendido a la Cámara como una empresa. La entidad necesita de un director, de unos trabajadores y es una empresa, aunque muchos no lo entienden así. Pero es que antes, iba fenomenalmente por los ingresos que tenía de las cuotas camerales. Pero luego llegó la ley de Rodríguez Zapatero y la eliminación de las cuotas... En aquel momento dos mil empleados de las mismas se fueron a la calle en toda España. Fueron momentos muy duros.

De los presidentes de la Generalitat del PP, ¿con quien se llevó mejor con Camps o Fabra?

Mi padre me dijo de joven que respetara las instituciones. Me he llevado bien con todos los presidentes, fueran de un partido o de otro.

¿Pero con quién mejor?

Del PP con quien mejor me he llevado ha sido con Zaplana y con Fabra.

¿Es que pasó algo con Camps?

Nada. La amistad se hace con el contacto y tuve más relación con Eduardo y Fabra. Francisco Camps tenía un carácter más frío.

¿Y con Ximo Puig?

Me llevo estupendamente con el presidente. Como hay que llevarse. Le llamo por teléfono y me contesta. Y también con el conseller Rafael Climent (Economía Sostenible). Son dos grandes personas. Además, se ponen al teléfono. A mí me ha costado más contactar por teléfono con Camps.

¿Y cómo se ha llevado con los alcaldes de Alicante?

Muy bien. El alcalde, Gabriel Echávarri, nos ha facilitado el contacto con uno de los que están interesados en el Palas.

¿Y con Sonia Castedo?

Muy bien. Me alquiló el Palas. Tuvimos unos problemas pero pasaron porque, después, lo arreglamos todo.

¿Qué se dijeron?

En una Noche de la Economía Alicantina saqué el tema de la corrupción y Sonia se enfadó. Pero lo arreglamos. Mire si lo arreglamos, que se firmó el alquiler del Palas.

Ahora, ¿a qué se va a dedicar?

Primero a la familia, después a los amigos y todavía estoy en el Consejo Regulador, en Origin España, en Origin Internacional, en Aico, el Puerto. Quedan cosas a las que dedicarme.

¿Pero las va a ir dejando poco a poco?

En dos años tocan elecciones en el Consejo Regulador y creo que lo dejaré. Lo que pasa es que mis compañeros, cada vez que tocan elecciones se levantan de la mesa. Estoy muy bien en el Consejo. Ahí me voya tirar un piropo, creo que he sido un buen presidente. He conseguido que haya dos edificios y que los empresarios no tuviéramos que poner dinero. Uno es escuela de formación y el otro, el edificio nuevo de la sede.