Si poner de acuerdo a todos los vecinos sobre los límites de sus respectivas parcelas resulta complicado, la tarea se vuelve casi misión imposible cuando uno de ellos es la administración pública. Y es que, como advierten desde el Colegio de Aparejadores, la mayoría de los terrenos de dominio público están sin deslindar, lo que va a ocasionar muchos problemas para todos aquellos que necesiten inscribir la compraventa de una parcela que limite con alguno de ellos. Por ejemplo, un chalet ubicado junto a una carretera, como hay tantos en la provincia. Lo mismo ocurrirá con aquellos que linden con monte público, con un barranco o con una cañada, según explica Gregorio Alemañ. d. navarro