Tras años de sacrificios y de contención, las familias de la Comunidad Valenciana por fin pudieron aumentar sus gastos durante el año pasado y la mayoría decidió dedicar ese dinero extra a salir de casa y socializar en bares y restaurantes. Así se deprende de la Encuesta de Presupuestos Familiares de Instituto Nacional de Estadística, que sitúa en 24.955 euros el gasto medio por hogar en la autonomía durante 2015.

Son 422 euros más que en el ejercicio anterior, en lo que supone el primer incremento de este indicador desde el estallido de la crisis en el año 2008. Eso sí, si se compara con las cifras que se alcanzaban entonces, todavía queda mucho terreno por recuperar ya que en aquella fecha el gasto medio por familia y año superaba los 30.000 euros. Además, la Comunidad sigue bastante por debajo de la media nacional que, pese a la recesión, se sitúa en 27.420 euros.

Por apartados, la mayor parte del presupuesto de los hogares de la autonomía se va en los gastos de la casa -hipotecas, alquileres, agua, luz, recogida de basura, etc-, que sumaron 7.806 euros en 2015, un 0,5% menos que el año anterior gracias a la caída de los intereses o el abaratamiento de algunos de estos servicios. También se redujeron las partidas destinadas a bebidas, tabaco y narcóticos (494 euros, un 0,2% menos); comunicaciones (715 euros, un 2,9% menos, gracias a las rebajas de las tarifas de la telefonía); el conjunto de otros bienes y servicios (1.831 euros,-4,0%); y, sobre todo, la del transporte. El abaratamiento de la gasolina permitió ahorrar casi 150 euros, lo que dejó esta partida en 2.758 euros.

Por el contrario, el apartado que más sube es el dedicado a hoteles, cafés y restaurantes, al que cada familia destinó una media de 232 euros más que el año anterior, hasta sumar 2.372 euros, lo que supone un incremento del 10,8%. Esto significa que la hostelería se come, nunca mejor dicho, más de la mitad del aumento del gasto de los hogares.

Igualmente, el presupuesto para ocio, espectáculos y cultura se incrementó un 7,9%, hasta los 1.464 euros, lo que evidencia la necesidad de evasión de la mayoría de los ciudadanos.

Las familias también se atrevieron a gastar más en ropa y calzado (+5,4%, 1.236 euros por hogar), en alimentación (+1,1%, 3.865 euros) y hasta visitaron más al dentista, lo que elevó la partida de salud hasta los 906 euros, un 6,7% más.

En la misma línea, la mayoría de hogares pudo destinar más dinero a mantenimiento y conservación de la vivienda, que se llevó 1.151 euros por hogar, un 17,5%. Se trata de la partida que más sube de todas.

Por último, también la enseñanza subió un 10,6%, aunque la cantidad media es muy reducida, de 351 euros.