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Inacción institucional valenciana

Inacción institucional valenciana

Los verdaderos pecados, se deben medir tanto por lo que haces, como por lo que siendo tu obligación y responsabilidad, dejas de hacer. En los primeros meses de la legislatura, podría estar justificado, pero cuando ya ha pasado un año y permanece la inacción instalada en muchos frentes, y en particular en lo que tiene que ver directamente con economía y empresas, se traslada la impresión de que parece que se entiende como mejor capitalización electoral dejar de hacer las cosas que se habían prometido, que correr riesgos que podrían acarrear pérdida de votos.

En estos últimos meses, la Administración valenciana, se encuentra en una encrucijada añadida a otras, la de resolver de una vez por todas el modelo caduco de los agentes sociales y retirar el formato de reparto de la Participación Institucional. Si para salvar a una Cierval quebrada, con fondos propios negativos y soportandose un balance con el maquillaje de unas subvenciones recibidas, que no tengo claro que puedan considerarse como firmes, sino más bien todo lo contrario, se pretende entregarles el dinero de la Participación Institucional, para que puedan cobrar, reteniendo Cierval lo que les deben las moribundas organizaciones provinciales, estaremos ante la presunta comisión de una infracción que podría ser penal.

El dinero público, de la participación institucional, no puede servir para desestabilizar a una provincia en favor de otras.

La solución está bien clara señores, la Intervención General de la Generalitat, debe actuar de inmediato informando al Gobierno de la Generalitat de la inviabilidad de estas organizaciones, y del caduco modelo que ha supuesto que en los últimos años, se dilapiden decenas de millones de euros.

Es imprescindible liquidar un modelo de representación empresarial, basado en el dinero público, no hay ni un solo empresario con el que hable que no me dé la razón.

Pero como todo esto está curiosamente en manos de personas que no son empresarios, pues el modelo mal que nos pese a todos, todavía sobrevive artificialmente, lo mantienen con respiración inducida los propios políticos, que ya no recuerdan que su promesa era cambiarlo. Cuando hay que recurrir al artificio contable, de subvenciones que pudieran ser reintegrables o cuando tenemos que consignar los ingresos de organizaciones que se encuentran en concurso de acreedores, para que equilibren sus cuentas, es que el tiempo de ese modelo ha pasado, acumular pérdidas, solamente nos lleva a una pérdida reputacional que impide que los empresarios puedan tener alguna fuerza en Madrid, Bruselas o Valencia.

Desde Alicante, les guste a los valencianos o no, vamos a cambiar el modelo, instalaremos un formato de patronal autosuficiente, libre, sin servilismos políticos, y que aglutine y represente de verdad los intereses empresariales.

Obviamente que no nos pidan cuotas para pagar coches oficiales, ni «guardia mora» que necesitan las vanidades que ya no son empresariales, sino oportunistas, y que únicamente defienden sus intereses personales.

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