La edición actual del Plan PIVE, de incentivo a la compra de automóviles nuevos a cambio de achatarrar uno antiguo, ha consumido hasta la fecha más del 83% del presupuesto inicial y le quedan alrededor de 38 millones de euros a falta de mes y medio para su finalización (31 de julio).

Según informaron fuentes del sector a Europa Press, la extensión de la octava edición de este programa, que impulsa la adquisición de coches nuevos más seguros y menos contaminantes por otros antiguos fue aprobada el pasado mes de noviembre con una dotación presupuestaria de 225 millones de euros.

Este plan ofrece a los clientes que cumplan con los requisitos la posibilidad de acceder a ayudas de 1.500 euros por cada vehículo nuevo. De este total, 750 euros los aporta el Estado y los 750 euros restantes, las marcas de automóviles.

Las fuentes consultadas indicaron que la antigüedad media de los vehículos que se han achatarrado en esta edición del Plan PIVE se sitúa en 16 años, mientras que el 95% de ellos son turismos y el 5% restante, vehículos comerciales.

Al mismo tiempo, explicaron a Europa Press que la base imponible media de los modelos nuevos adquiridos que se han acogido al PIVE se sitúa en 13.000 euros. Madrid, Barcelona y Valencia son las provincias en las que más operaciones se han registrado hasta la fecha.

El primer Plan PIVE se lanzó en septiembre de 2012 y contó con un presupuesto inicial de 75 millones de euros y ofrecía ayudas de 2.000 euros por cada coche nuevo (1.000 euros a cargo de las marcas y 1.000 euros por parte del Estado). Las ocho ediciones del programa acumulan una dotación presupuestaria de 1.115 millones de euros.