¿Es posible que en una provincia en la que circulan alrededor de 250.000 motocicletas no exista ninguna titulación oficial para formar mecánicos especializados en este tipo de vehículos? Es más, ¿es posible que no la haya en toda España? Eso mismo es lo que se preguntaron los responsables de la Federación de Empresarios del Metal (Fempa) y el presidente del comité técnico de la Federación de Motociclismo de la Comunidad Valenciana, Artemio Fernández, antes de decidirse a poner remedio a la situación. Un camino que se antoja largo, por la cantidad de trámites burocráticos que habrá que superar, pero que dará su primer paso este verano con el primer «Curso de técnico en mecánica de motos» que se impartirá en las instalaciones de la patronal alicantina a partir del próximo día 1.
No obstante, el objetivo final es poner en marcha el primer ciclo especializado de Formación Profesional, para lo que ya se han iniciado las gestiones oportunas con la Generalitat Valenciana para conseguir que homologue estos estudios. «Creemos que podemos matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, vamos a atenuar la falta de profesionales especializados que existe en este tema y, por otro, estamos ofreciendo una salida profesional, una alternativa, a muchos jóvenes habilidosos, aficionados a las motos, que pueden hacer de esto su profesión», explica el secretario general de Fempa, Luis Rodríguez.
«Nos vamos a volcar para conseguir el ciclo, porque creemos que realmente existe mucha demanda por parte de los talleres y que es un campo con muchas posibilidades», insiste también el presidente de la organización empresarial, Guillermo Moreno.
En cualquier caso, hasta que ese momento llegue, los interesados pueden abrir boca con el citado curso, que durará todo el mes de julio y que tiene como aliciente el incorporar también nociones sobre mecánica de competición. No en vano, los 2.300 motoristas federados de la Comunidad Valenciana -de los que unos 1.100 compiten- son los que más sufren con esta escasez de especialistas, como explica el presidente de la Federación autonómica de motociclismo, José Luis Berenguer. «Muchas veces los deportistas se ven obligados a recurrir a gente de fuera, y si quieren algo de calidad tienen que pagar una fortuna», se lamenta Berenguer.
«Los propios talleres te comentan los problemas que tienen para encontrar personal especializado, no hay manera de conseguir a gente con buena formación. Muchos chavales ven el tema de la moto como un simple paso de aprendizaje para la mecánica de automoción», explica el presidente de la Federación.
Lo sabe bien el piloto alicantino Adrián BonastreAdrián Bonastre, subcampeón de Europa de Superbike 2015. «El primer año que empecé me hacía la mecánica mi padre, que trabaja en algo que no tiene nada que ver con esto. Luego intentamos recurrir a un mecánico de aquí pero no funcionó y, al final, tuvimos que echar mano de uno de fuera», recuerda. Una situación nada deseable ya que la puesta a punto de las motos resulta fundamental en este deporte. Tanto como la propia habilidad del piloto.
El propio Bonastre aportará ahora su experiencia dentro del mundo de la competición a los alumnos del curso de este verano, a los que intentará transmitir la pasión que él mismo siente por las dos ruedas. Al respecto, señala que la mecánica es una salida muy habitual para los propios pilotos, una vez que han finalizado su carrera deportiva. «De una forma u otra, casi todos siguen trabajando en el mundo de la moto cuando dejan de competir, y ésta puede ser una opción para muchos de ellos», apunta.
Y es que la competición no deja demasiado tiempo para estudiar una carrera o completar otro tipo de estudios, por lo que formarse en algo de lo que ya se tiene algún conocimiento resulta toda una ventaja.
Para la organización del curso también ha sido determinante la colaboración de las propias marcas y, en este caso, del concesionario Alicante Motor Yamaha, que ha aportado las motocicletas y el material necesario para que los alumnos puedan aprender. «Las motos de hoy en día cada vez llevan más electrónica y resulta fundamental saber cómo funciona todo, no sólo tener conocimiento de mecánica simple», explica su director, Elías Azorín.
En la misma línea que el resto de los participantes en esta iniciativa, Azorín también destaca las oportunidades laborales que existen en este campo, sobre todo en una zona «con el clima de Alicante, que favorece que cada vez más personas utilicen la moto para sus desplazamientos diarios». Así, según explica, cada vez son más las familias que han apostado por quedarse con un único automóvil y usar la moto como vehículo principal.
Una tendencia que en ciudades como Alicante se ve favorecida por las autoridades municipales, con la constante ampliación de las zonas de aparcamiento para vehículos de dos ruedas, en un intento de aligerar el tráfico -y la contaminación que acarrea- en las calles del centro.
Por eso mismo, los compradores también valoran cada vez más la calidad de los talleres. «Si te gastas 20.000 euros en una moto, luego quieres tener un buen mecánico», asegura el responsable de Yamaha.
Pero si hay alguien que se ha implicado en poner en marcha este proyecto, ése es Artemio Fernández, que, además de su cargo como presidente de la comisión técnica de la Federación de Motociclismo, también es profesor de otros de los ciclos que oferta Fempa en sus instalaciones. «Nos ha costado mucho sudor ponerlo en marcha pero vale la pena. Ya hay algún taller que me ha pedido que le enviemos a alguno de los chavales cuando acabe el curso», asegura.
De hecho, según explica Guillermo Moreno, Fempa quiere ampliar lo máximo posible el abanico y, además del ciclo de FP, también baraja poner en marcha cursos de especialización o reciclaje para profesionales en activo. Las dos ruedas dan para mucho.
