Que el desempleo ha castigado con fuerza a la población trabajadora de esta provincia por la crisis es una evidencia que muestran las estadísticas y una situación que viven miles de familias en Alicante. Concretamente, 178.764 son los alicantinos sin empleo en esta provincia, según los últimos datos del Ministerio correspondientes al pasado mes de abril.

Pero si con los síntomas de reactivación económica y los buenos datos del sector turístico, el paro ha experimentado en los últimos meses descensos mensuales, hay un colectivo en la provincia, como el de las personas con diversidad funcional, para el que «la inclusión laboral sigue bajo mínimos», según denuncia Yolanda Díaz, del sindicato UGT en l'Alacantí-La Marina.

Un informe del sindicato refleja que desde el año 2010, el desempleo entre estas personas ha crecido un 32,75% en Alicante. Si en 2010 eran 3.499 los alicantinos con alguna discapacidad que estaban en paro, al cierre del pasado mes de abril, el número se eleva hasta los 4.645. Dentro de este colectivo, los que mayores problemas han encontrado en este periodo para obtener un empleo son los que tienen una discapacidad física, que han pasado de los 1.573 parados de 2010 a los 2.087 del pasado abril. Aunque, muy de cerca, le siguen las personas con una diversidad funcional de tipo psíquico, ya que los empresarios provinciales han reducido su contratación. El paro entre este colectivo aumenta un 30%, al pasar de los 1.228 desempleados de 2010 a los 1.695.

Más de un año en paro

Una consecuencia directa del «olvido» empresarial para con estos trabajadores es que llevan más tiempo en las listas del desempleo por no encontrar trabajo. De hecho, un 65,29% de los alicantinos con diversidad funcional que se encuentra en situación de parados de larga duración -más de un año sin una ocupación- llevan más de doce meses parados.

Entre las personas con alguna discapacidad que más tiempo llevan en paro en la provincia se encuentran las mayores de 55 años, que suman 3.033 desempleados, seguida de la franja de entre 45 y 55 años, con 922 y la de los 35 a 45 años. Unos datos que indican que el factor edad también incide negativamente para la empleabilidad de este colectivo, al igual que en el conjunto de desempleados provinciales.

Y el balance de contratación tampoco arroja datos «muy positivos sobre la inserción de las personas con diversidad funcional en el mercado laboral», añade Yolanda Díaz. En el primer cuatrimestre de este año, los empresarios alicantinos «tan sólo contrataron a 816 personas» con alguna discapacidad, cifra que sólo representa el 0,45% del total de contratación, y que se encuentra por debajo del «compromiso del cumplimiento de la cuota reserva del 2% en empresas con más de 50 empleados», denuncia UGT.

Además, el sindicato advierte de que cuando son empleadas, «estas personas suelen ocupar los puestos de más baja cualificación y tienen un salario un 20% inferior al resto de la población trabajadora», añade Yolanda Díaz. Incluso, el hecho de tener formación postobilgatoria o superior tampoco parece ser garantía de obtener un empleo. Las personas con discapacidad con estudios universitarios no alcanzan el 6%, critica el sindicato.