Nada mejor que un enemigo común para que dos viejos rivales olviden sus diferencias. Aunque ya se venía produciendo algún acercamiento desde hace tiempo, el intento de la autonómica Cierval por acabar con las patronales provinciales ha servido de catalizador para que Cepyme haya decidido dejar atrás el enfrentamiento que mantiene desde hace años con Coepa, y tienda la mano ahora a sus dirigentes para lograr la tan ansiada unidad del empresariado alicantino. Eso sí, una paz que no será fácil de construir desde el momento en que los representantes de las pymes abogan por liquidar Coepa -ahora en concurso de acreedores- y constituir una nueva organización común, mientras que los dirigentes de esta última aún creen que hay posibilidades de salvarla y que no se debe perder su legado.

En cualquier caso, Cepyme dejó claro ayer, en un comunicado oficial de su junta directiva, que «se ha cerrado ya un periodo y que hay que pasar una etapa nefasta de enfrentamientos, en la que no hay ganadores, porque todos hemos perdido». Todo un cambio de actitud que se refleja, por ejemplo, en la decisión de no recurrir la sentencia que avaló su expulsión de Coepa.

Pero, sobre todo, la junta de Cepyme quiso enviar un mensaje «claro e inequívoco» a los responsables de Cierval, que en las últimas semanas han protagonizado un duro enfrentamiento con la patronal alicantina por su propuesta para reformar sus estatutos, que pasa por restar poder a las organizaciones provinciales y captar las cuotas que les pagan las empresas con el objetivo de sanear sus finanzas. Una reforma que convertiría a Coepa en poco más que una delegación de la organización autonómica.

Lejos de compartir este planteamiento, la organización presidida por Cristóbal Navarro señala que el cambio de modelo que necesitan las patronales para garantizar su subsistencia pasa, más bien, por la «liquidación de Cierval» que, a su juicio, «representa un anclaje» con el actual modelo, que considera fracasado. Así, critica el «servilismo» que esta organización siempre ha demostrado, a su entender, con el poder político, y que califica como «babeo institucional». Una actitud que, según Navarro, todavía se mantiene «para recoger las migajas de la (Ley de) Participación Institucional que les dejan caer en el pesebre, y siempre pagando el precio de proyectar la vergüenza y la humillación de la clase empresarial».

«No permitiremos la injerencia externa a nuestra provincia, para que nos digan cómo tenemos que organizarnos y sobre todo para que nos sigan arrastrando a su desastre», apunta el documento.

Visión compartida

El cierre de filas frente a Valencia y el ofrecimiento de paz fueron ayer bien recibidos por el presidente en funciones de Coepa, Francisco Gómez, que mostró su disposición para trabajar con Navarro en la búsqueda de ese nuevo modelo de patronal que ambos llevan meses reclamando. Y lo cierto es que las propuestas que uno y otro realizan son bastante similares, ya que ambos abogan por una organización empresarial con una estructura muy reducida -frente a los excesos de etapas anteriores en que Coepa llegó a tener más de 80 empleados- para que sus costes sean bajos y eso permita su financiación exclusiva con las cuotas de sus miembros. Una condición necesaria para que pueda mantener su independencia de cara al poder político, que es otro de los puntos en que ambos dirigentes coinciden.

El problema llega a la hora de decidir qué hacer con la patronal actual. Mientras que Cepyme exige su liquidación en el marco del concurso de acreedores en que se encuentra inmersa, al considerar que acarrea demasiado lastre y que será imposible hacerla viable; Francisco Gómez apuesta por salvarla y montar sobre ella la nueva organización común para no perder la conexión que ahora tiene con la Ceoe y su posición como fundadora de Cierval, aunque se le cambie el nombre.

En cualquier caso, ambos coinciden en que ahora lo importante es «llegar a un acuerdo sobre qué tipo de patronal queremos, integrar a todo el empresariado, y ya decidiremos cómo se estructura», explicó Gómez. Unas palabras que también suscribió Cristóbal Navarro. De momento, eso sí, todavía no hay fecha para una reunión formal entre ambos para sellar definitivamente esta paz, aunque ya ha habido varios encuentros privados.