Les gusta la música pero aún les falta conocer la letra. Los empresarios alicantinos valoran positivamente la iniciativa del Consell de poner en marcha un banco público para facilitar la financiación de los sectores productivos y favorecer un cambio de modelo, pero consideran insuficiente la dotación inicial anunciada y, sobre todo, temen que, como ocurre con las líneas ICO y otro proyectos de financiación pública, se exija un exceso de garantías a los solicitantes que impida que el dinero llegue a quien realmente lo necesita.

Según lo anunciado ayer, el nuevo Banc de la Generalitat se desgajará del actual Instituto Valenciano de Finanzas a finales del próximo año con la intención de competir con el resto de operadores privados en la concesión de créditos al sector empresarial y llegar donde las entidades privadas no pueden. Para ello ya se está tramitando su ficha bancaria, que le permitirá acceder a los recursos del BCE.

De momento, y hasta que esa escisión se haga realidad, será el IVF el que se haga cargo de las primeras líneas de crédito que se anunciaron y que suman alrededor de 75 millones de euros, entre los fondos propios del Instituto y los que espera canalizar de las autoridades europeas. Unas líneas que contemplan partidas específicas para el sector turístico, el agroalimentario o los autónomos, entre otros.

«Todo lo que sea facilitar la financiación a los empresarios, bienvenido sea. Luego habrá que ver cómo funciona en la práctica», ha sido la valoración del presidente de la Asociación Hotelera de Benidorm y Comarca (Hosbec), Toni Mayor, que, eso sí, ha pedido que el dinero se destine a proyecto viables para evitar que sean todos los contribuyentes los que tengan que hacerse cargo de los fiascos «como ha ocurrido hasta ahora». En este sentido, Mayor señala que las grandes empresas del sector ya tienen el grifo de la financiación privada abierta desde hace algún tiempo, aunque cree que el nuevo banco público puede ayudar a muchos pequeños negocios del sector.

En la misma línea, el presidente de Asaja Alicante, Eladio Aniorte, también valora positivamente «la filosofía de este banco público» y confía en que no se quede en «una promesa más en tiempo electoral». En este sentido, considera algo escasa la dotación inicial -las primeras líneas prevén 10 millones de euros para todo el sector agroalimentario de la Comunidad Valenciana- pero, sobre todo, cree que este dinero debería destinarse a favorecer la incorporación de jóvenes al sector. «Las empresas consolidadas ya tienen crédito barato de los bancos, son los jóvenes los que tienen más problemas cuando quieren poner en marcha algún proyecto porque no pueden demostrar su solvencia», apunta el empresario agrícola.

También el presidente de la asociación de autónomos ATA en la Comunidad Valenciana, Rafael Pardo, le da un voto de confianza a la iniciativa del Consell aunque, eso sí, señala que estarán «vigilantes» para comprobar que estos planes se hacen efectivo y el dinero se destina para lo que se ha anunciado. Así, Pardo recuerda que en otras ocasiones buena parte de los fondos de iniciativas similares se han quedado sin utilizar por el exceso de garantías que se exige a los beneficiarios. Del mismo modo, también ve insuficiente la dotación inicial de las líneas de financiación pero confía en vayan aumentando progresivamente.

En su caso, asegura que uno de cada dos autónomos siguen teniendo problemas para acceder al crédito de las entidades privadas, por lo que confía en que esta iniciativa contribuya a paliar algo esta situación.