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Despegan las operaciones corporativas

La coyuntura económica actual vuelve a favorecer que se produzcan grandes movimientos de operaciones corporativas. Resurge la actividad, que nunca ha cesado por completo, ni en los peores tiempos de la crisis, y comienza a despegar. La historia nos enseña que, en determinadas circunstancias, suele producirse un incremento tan considerable de este tipo de operaciones que llegan en oleadas.

Desde finales del siglo XIX hasta la fecha están documentadas seis oleadas de fusiones y adquisiciones, tanto en Europa como en EE UU. Todas semejantes en lo fundamental: un sistema regulatorio no restrictivo, una abundante financiación, bien por el alza de los mercados de capitales o por el exceso de liquidez en el sistema; un mercado en crecimiento; y la continua innovación tecnológica y financiera.

En este momento se dan las condiciones óptimas para que se produzca una nueva oleada de operaciones corporativas en España. Y, aunque en menor medida por el tamaño de sus mercantiles, también cabe suponer una actividad corporativa en la provincia de Alicante. En principio, los grandes movimientos de fusiones y adquisiciones se esperan en la banca, el turismo y el inmobiliario, y en estos dos últimos sectores la provincia es un referente a nivel nacional. Por otra parte, la atomización del tejido industrial alicantino propicia la adquisición de empresas.

El final de la última gran oleada de movimientos corporativos se sitúa a principios del año 2009, siendo la principal causa de su ocaso la crisis financiera del 2007 y el colapso del 2008, que redujo a cero la financiación. La crisis supuso una disminución de rentabilidad y de flujos de caja para las empresas, que vieron reducir sus valoraciones y tuvieron que permanecer a la espera de entornos más favorable.

A día de hoy el panorama económico ha cambiado, el PIB en España crece a un ritmo esperado en 2016 del 2,7%, el consumo interno tira con fuerza, las ventas de vehículos presentan un incremento del 12,5% en el acumulado del año y el sector exportador y el turismo están en niveles máximos históricos. Asimismo, existe exceso de liquidez en el sistema, originado por la política acomodaticia de los bancos centrales. La financiación está más barata que nunca y los inversores están buscando oportunidades donde poner a trabajar su dinero, ante el bajo retorno de la mayor parte de los activos financieros.

Durante esta crisis, las empresas no financieras han hecho los deberes. Han diversificado sus ventas y los mercados a los que se dirigen; han incrementado su apalancamiento operativo y aumentado su competitividad; han reducido sus deudas y los costes de financiación. Así que están saneadas y presentan unas valoraciones atractivas.

Ha llegado la hora de que los que han permanecido a la espera salgan de su letargo. Los primeros en reaccionar y visualizar el cambio que se aproxima han sido las consultoras y los asesores especializados, que llevan algunos meses reforzando sus departamentos de corporate finance.

En GESEM también hemos visto incrementado el número de operaciones corporativas asesoradas a lo largo del presente año. Nuevamente quedamos a la espera de que se viva una intensa actividad de operaciones corporativas, si tras las próximas elecciones del 26-J nuestra clase política logra formar un gobierno que disipe las incertidumbres sobre la evolución de la economía española. A nivel internacional las grandes corporaciones ya han comenzado a dar los primeros pasos. Después les llegará el turno a las PYMES y a los empresarios de la provincia.

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