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Adolfo Utor: «Si me plantearan ser presidente de Coepa, lo estudiaría»

El empresario dianense es uno de los nombres que más suena para ocupar el cargo en un futuro

El presidente de Baleària, Adolfo Utor, ayer, en el Hotel Meliá de Alicante. pilar cortés

Hoy participa en una jornada organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) sobre liderazgo y estrategia. ¿Las empresas alicantinas suelen ser de las que planifican o cojean en este terreno?

Aquí hay un tema que es muy importante, que es el tamaño. Me preocupa cuando se escucha que hay que apoyar a las pequeñas empresas como si fueran el paradigma cuando eso supone un problema. Las pequeñas empresas tienen bastante con sobrevivir como para pensar en estrategia o invertir en innovación, que son los dos elementos fundamentales que permiten a una compañía progresar o crecer. Aparte de eso, Alicante cuenta con un tejido empresarial muy diverso y muy dinámico, esencialmente exportador que, eso sí, trabaja de manera muy individual y eso es algo que hemos estado viendo últimamente: el asociacionismo no es, precisamente, uno de los fuertes de las comarcas de Alicante.

Ya que lo cita, ¿cómo ve el panorama de las patronales en la provincia?

Pues veo que es un área que necesita mejorar. La provincia de Alicante o las comarcas de Alicante, como prefiero denominarlas, tienen una característica muy especial y es que hay una capital oficial que es Alicante pero hay muchas otras capitales alternativas: desde el punto del turismo es Benidorm, en la industria es Elche, está Alcoy, Orihuela... Eso provoca cierta dificultad cuando debería ser una ventaja.

¿Falta cohesión entre los empresarios alicantinos?

Falta cohesión, falta colaboración, falta protagonismo desde el punto de la suma, no de la exclusión. Yo creo que esa diversidad es una fortaleza de Alicante que no hemos sabido aprovechar. También hay otra cosa fundamental, que es la instrumentalización que se ha hecho de las organizaciones para fines distintos del asociacionismo y una mal entendida profesionalización del mismo. Creo que ahí tenemos una serie de factores que nos han impedido tener un asociacionismo fuerte, que necesita mejorar.

¿Cree que se ha gestionado mal Coepa, ahora en concurso de acreedores?

No tengo conocimientos suficientes porque me he dedicado más a mi empresa que a estos menesteres, aunque fui presidente de la Asociación Naviera Española y sé de la importancia de las organizaciones empresariales. Pero, evidentemente, algo se ha hecho mal. Yo creo que la situación en la que nos encontramos viene motivada por una gestión que no ha sido eficiente y creo que es necesario poner los medios para que esta situación se recomponga y las comarcas de Alicante tengan voz propia, de suma, no de contraparte, en el conjunto de la Comunidad Valenciana.

Su nombre suena como posible presidente de Coepa, ¿está interesado en el cargo?

Se habla y se ha dicho pero a mí nadie me ha propuesto nada directamente. Evidentemente, como empresario de Alicante estaría dispuesto a contribuir a la solución pero debo decir que tengo muchas obligaciones y de entrada preferiría que esa solución pasara por cualquier otro. De todas formas, en caso en que se pudiese plantear lo estudiaría. Como empresario y responsable sí que estoy disponible para ayudar en la búsqueda de una solución que no necesariamente debería pasar por mi persona. Creo que en Alicante hay grandes líderes empresariales y creo que deben ser ellos los que tomen el protagonismo.

Entonces, ¿le gustaría o no ser presidente?

Lo que digo es, primero, que preferiría que la solución pasara por otra persona. Y, segundo, que en caso de que me lo propusieran, lo estudiaría. Por eso digo aquello tan manido de «de entrada, no». Mis obligaciones profesionales son muchas, muy internacionalizadas, que me exigen viajar durante mucho tiempo...

¿Se ve más como presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios?

No, tampoco. No se contempla, o por lo menos yo no lo contemplo. Mi horizonte vital no pasa por las asociaciones. La mayoría de los empresarios que trabajamos en nuestras empresas y tenemos un proyecto ambicioso de crecimiento, no pensamos en ocupar un puesto en una asociación.

¿Tampoco se lo han planteado desde AVE?

Ni se ha hablado. Yo entiendo que se especule, que se hable, porque hay que hablar de todo pero puedo garantizarle que no existe, desde el punto de vista de los empresarios, una pelea por estar al frente, como puede existir en los sindicatos o en los partidos políticos. Asumir una responsabilidad de este tipo, más que una aspiración, es un sacrificio. Y pongo el ejemplo de la presidencia de Anave, que hubo tortas porque nadie quería ocupar el cargo y, al final, me vi obligado.

Pues hablemos de su empresa. Si no me equivoco, el año pasado Baleària cerró el año fiscal con 291 millones de facturación, un 5% más, y 30 millones de beneficio. ¿Qué previsiones tiene para este año?

En lo que va de año, hemos reforzado algunos tráficos: hemos anunciado una nueva unidad, el «Dénia, ciutat creativa», entre Barcelona y Menorca; el 14 de junio empezaremos una línea entre Valencia y Mostaganem, en Argelia; y también vamos a reforzar servicios con una nueva unidad en el Caribe, un enlace con la isla de Bimini, en Bahamas. Eso al final tiene un reflejo en el crecimiento, que esperamos que sea cercano a los dos dígitos y que también se vea en el margen. Aunque siempre tenemos la incógnita de cómo funcionará la Operación Paso del Estrecho y la temporada estival con Baleares.

¿Por qué enlazar con Argelia desde Valencia y no desde Alicante, que es el puente natural?

Por problemas burocráticos insalvables que no tienen nada que ver con el Puerto de Alicante. El Puerto hubiera querido que Baleària estuviera aquí pero hay una compañía pública argelina que ya opera la ruta, y en Argelia el transporte marítimo no funciona como en Europa, no está liberalizado.

¿En cambio sí les han autorizado a hacerlo desde Valencia?

Pues sí, porque somos muy pesados y, sobre todo, gracias a la autoridad portuaria de Mostaganem, que también se implicó mucho en el proyecto. Además, poner en marcha una nueva línea no es fácil, requiere inversión y en Valencia ya tenemos una base.

Una de sus áreas prioritarias para crecer es el Caribe, donde tienen varios proyectos. ¿Cómo están, en concreto, la línea que pretenden poner en marcha entre Florida y Cuba y la de Puerto Rico y la República Dominicana?

Bueno, en el de Cuba todo el trabajo que teníamos que hacer ya lo hemos hecho. Presentamos un proyecto para enlazar el sur de Florida con La Habana y estamos a la espera de que las autoridades cubanas decidan abrirnos la puerta.

¿Aún no tienen respuesta?

No, pero eso no debe extrañarnos. La Administración necesita su tiempo pero no es nada distinto a lo que ocurre en España, donde algunos municipios para darte una licencia tardan meses. No nos debemos asustar de estas cosas. Es un tema que necesita su periodo de maduración y de estudio por parte de las autoridades cubanas que son dueños de sus tiempos. Pero más de lo que hemos hecho, no podemos hacer. En cuanto a Puerto Rico y Santo Domingo, también estamos en un proceso de estudio. En principio, ese proyecto pasaba por la adquisición de una compañía que ya existía pero aquello no cristalizó y ahora estamos viendo cómo lo ponemos en marcha mediante crecimiento orgánico. Estamos trabajando en ello.

Además del Caribe, ¿piensan en alguna otra zona de expansión?

Bueno, tenemos la mirada puesta en el Norte de África. Creemos que podemos contribuir al renacimiento del Mediterráneo, que sería bueno para todos los países de la ribera y, en ese sentido, el transporte marítimo juega un papel importantísimo. Ahí tenemos un espacio de desarrollo.

¿Cómo ve la situación económica de la provincia de Alicante?

La economía de la provincia está funcionando y está tirando de la Comunidad Valenciana que, a su vez, tira de España. Somos la autonomía que más crece y Alicante incluso está por encima de la media. En eso están jugando un papel fundamental los empresarios. Alicante, por tradición y por historia, ha sido siempre una provincia muy dinámica, muy activa, muy exportadora y podemos felicitarnos por lo que están haciendo nuestras empreas. Como todo, siempre es susceptible de mejorar, pero en estos momentos el buen hacer de las empresas de Alicante, la coyuntura adecuada con la apreciación del dólar frente al euro, y la necesidad de reinventarse han hecho que pasemos de ser los más castigados por la locura del sector inmobiliario a volver a nuestros propios orígenes. A a saber que el éxito pasa por el producto, por el trabajo, la innovación y por no tener problemas en lanzarse al mundo a vender tus productos.

¿Qué habría que pedir al Gobierno, a las autoridades?

Bueno, todos sabemos que esto tiene distintos ámbitos. Está el ámbito estatal, donde todos somos conscientes de cómo nos pesa la inestabilidad y la incertidumbre. No es buena, porque paraliza la inversión, que es necesaria para el crecimiento. En este terreno las administraciones pueden adoptar tres posiciones: una posición proactiva, que cree las condiciones óptimas para atraer esa inversión; una segunda sería quedarse quietos y esperar a que vengan las propuestas; y una tercera, que es la peor, que es que tampoco sea receptiva a las propuestas que llegan. No quiero hacer ninguna crítica concreta a lo que está pasando pero creo que estamos más cerca del último concepto que del primero. Hablo a nivel de Comunidad Valenciana, creo que el nuevo Gobierno de la Generalitat tiene que empezar a plantearse claramente que, aunque ha habido un cambio de los modos, y que la alternancia ha traído aire fresco, ha llegado el momento de que esas nuevas formas se deben concretar en algo más.

¿Entiendo que critica la parálisis de la Generalitat?

No, a ver. Los empresarios tenemos que ser respetuosos con las decisiones de los ciudadanos y con la independencia de aquellos que gobiernan. Afortunadamente, mi trabajo no depende del BOE ni de ganar concursos de obra pública. Es difícil hacer valoraciones concretas...

Pero, de alguna forma, dice que no ve que la Generalitat esté actuando...

No, yo no he dicho eso, he dicho que es necesario concretar cosas. Se habla muchas veces en política de los 100 primeros días. Pues bien, esos 100 días han pasado, de hecho, ha pasado un año. Y lo que digo es que el liderazgo, como en todo, es fundamental y eso significa que se gobierne, que se tenga autoridad, que se tomen decisiones. Lo que digo es que sería recomendable, después de esa transición necesaria, que se empezara a trabajar, que no digo que no se esté haciendo, pero que se empezaran a concretar cosas. Se necesita hacer una política en el ámbito económico proclive a la inversión y al desarrollo, con las limitaciones que desde el punto de vista político pueda tener cada uno. Incluso para el cambio de modelo y eso, de momento, tengo que decir que yo, humildemente no lo percibo. Veo una excesiva dispersión y no quiero decir que no se esté pensando o incluso que se estén haciendo cosas, pero yo no las percibo.

¿Qué es lo que no está haciendo bien el Consell?

Yo creo que la Generalitat lo que ha hecho es aterrizar, que no es poco, y luchar contra un problema brutal de financiación. Si tienes que ir detrás de la caja, porque no tienes dinero para pagar las nóminas, difícilmente puedes hacer política o puedes hacer estrategia. Al fenómeno de la dispersión se añade el problema de la liquidez y eso son inconvenientes que están ahí presentes. Soy de los que creo que las empresas privadas hemos hecho nuestro trabajo y parece que en la administración es más complicado.

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