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La caída de Rousseff complica aún más el comercio exterior alicantino en Brasil

La crisis económica y la inestabilidad política carioca hacen retroceder la exportación provincial

La deteriorada economía de Brasil y la inestabilidad política por la destitución durante 180 días por parte del Senado de la presidenta del país, Dilma Rousseff -elegida en las urnas en octubre de 2014- no hace sino abrir un panorama de incertidumbre en las relaciones comerciales entre los exportadores alicantinos y un país atractivo económicamente -pese a que no se encuentra en el ránking de los principales clientes de la provincia-, según aseguran representantes de varios sectores alicantinos, quienes advierten de que, al mismo tiempo es un país, «complicado para entrar» porque es muy «proteccionista».

Los vaivenes de la economía brasileña ya hicieron mella en 2015 en la facturación exterior de Alicante con el país más grande de América Latina y el quinto del mundo. Y en los dos primeros meses de 2016, las exportaciones provinciales a este mercado bajaron un 27% en relación al mismo periodo de 2015, según estadísticas de las Cámaras de Comercio.

El pasado año, las mayores caídas las registraron en el sector del mármol (-30%) o del calzado (-27%) en relación a 2014, según los mismos datos de las Cámaras.

La crisis de un «BRIC»

Hace ocho años que Brasil formaba parte del grupo de países emergentes (BRIC), junto a Rusia, India y China -en 2011 se unió Sudáfrica-, que mostraban un gran potencial de desarrollo. Un factor que reactivó el interés de los sectores exportadores alicantinos por ampliar su presencia en un mercado que, tradicionalmente, ha resultado complicado por las barreras arancelarias y técnicas.

Y la designación de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos en 2009, reforzó su posicionamiento y atractivo para las empresas alicantinas, especialmente de la construcción o la industria del mármol, ante la necesidad de nuevas infraestructuras que suponía el gran evento deportivo, que se celebrará este año.

Incluso, arquitectos y técnicos de la actividad inmobiliaria provincial se desplazaron hasta Brasil llamados por el emerger económico cuando en España se vivían los años más duros del ajuste de la construcción y del desempleo.

Al mismo ritmo que Brasil pisaba el acelerador para levantar vivendas, hoteles y grandes infraestructuras, el sector del mármol alicantino participaba de la demanda de material que imponía el desarrollo económico.

Pero ocho años después, la exportación de piedra natural en bruto ha caído en picado y la de las manufacturas de mármol han sufrido un retroceso superior al 30%.

«Se veía venir», subrayaba ayer el presidente de la Asociación Mármol de Alicante, Juan Antonio Santo, quien incide en el deterioro económico del país carioca y advierte de que «si se enquista van a retroceder muchos años».

Desarrollos caros

Santo busca la causa de la actual crisis brasileña en que es un país vasto, con una baja densidad de población, pese a ser uno de los más poblados, «y en este tipo de territorios los desarrollos de infraestructuras son muy caros». Santo no se muestra optimista sobre la reactivación de las exportaciones del sector a este mercado.

Al margen de que la inestabilidad social, con convocatorias de manifestaciones, y política -léase el proceso de destitución temporal de la presidenta- tampoco ayudará a la situación, explica.

Por su parte, el presidente de los jugueteros españoles y europeos, el ibense José Antonio Pastor, cree que la facturación exterior de los productos de consumo «no se notará a corto plazo» por la actual situación de inestabilidad. «Otra cosa es que el país adopte medidas que perjudiquen a la inversión extranjera o se amplíe el proteccionismo a otros sectores».

Precisamente, las altas barreras arancelarias y técnicas, los impuestos y tasas y su propia aplicación de las normativas de seguridad, en el caso del juguete, convierten a este país en un mercado «muy complicado y caro para exportar. Es muy proteccionista».

Brasil no suele ser un cliente prioritario para los sectores alicantinos. Ocupa el puesto 29 en el ránking de países clientes y sólo representa el 0,50% del total provincial exportador, según subraya la Cámara.

El sector del juguete, también incide en este dato, aunque se lamenta de que «es un mercado en el que no podemos entrar, pese a que es bueno para nosotros porque es grande, está muy poblado, tiene muchos niños y al juego se le da una gran importancia», añade Pastor.

En los años 90 del pasado siglo fueron varios los intentos de empresas jugueteras y también de calzado de establecerse allí, pero no acabaron de cuajar. La opción suele ser aliarse con un socio local, pero por las diferentes formas de trabajar, al final, los proyectos no duran más de cuatro años, según los sectores.

El ajuste inmobiliario

Y en el caso de los arquitectos, aparejadores o técnicos de la construcción, muchos alicantinos se lanzaron a un mercado que prometía gran desarrollo, trabajo y empleo. «Hace unos siete meses que muchos de aquellos están volviendo» no sólo por la situación económica de Brasil, «sino también por el repunte del sector inmobiliario en Alicante», explica el presidente del Colegio de Arquitectos de la provincia, Antonio Maciá. Y es que los arquitectos que se fueron a Río de Janeiro, Brasilia o Sao Paulo nunca abandonaron el contacto profesional con Alicante, simultaneaban ambos mercados. Y cuando se ha producido allí la crisis de la construcción han vuelto a la provincia a trabajar en nuevas obras.

Por otra parte, al margen de la caída de las exportaciones de algunos productos alicantinos, los plásticos y sus manufacturas, así como el vidrio o el aluminio sí experimentaron el pasado año aumentos en sus ventas a Brasil, según los datos de las Cámaras.

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