La economía de la Comunidad ha iniciado 2016 con un vigor inusitado en la última década. Tan es así que el Producto Interior Bruto (PIB) autonómico registró un crecimiento interanual del 4,1% en el primer trimestre. Hay que remontarse al segundo trimestre de 2006, cuando nadie atisbaba la crisis profunda que se desató un año más tarde, para encontrar un registro más elevado, según las estimaciones publicadas ayer por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).

Entre enero y marzo de 2006, la economía autonómica creció respecto al mismo período del año anterior un 4,5%. Aunque en el trimestre siguiente se igualó el 4,1% del período comprendido entre enero y marzo de 2016, a partir de ese momento la tendencia fue progresivamente declinante hasta que llegó el cuarto trimestre de 2008, estigmatizado por la quiebra de Lehman Brothers de septiembre de aquel año. El PIB autonómico se contrajo un 2,5% y se mantuvo en descensos continuados durante casi cinco años, si se exceptúa el último trimestre de 2010, que cerró plano.

En el cuarto trimestre de 2013 se registra el primer ascenso en un lustro, con tan sólo cinco décimas, si bien se inicia entonces una nueva fase de crecimiento -no acompañada por una reducción significativa del paro, motivo por el cual muchos expertos se resisten a decir que la crisis ha sido superada- que no se ha detenido, a pesar de los augurios de una nueva recesión internacional

El 4,1% en que creció la economía de la Comunidad en el primer trimestre de 2016 se encuentra siete décimas por encima de la media nacional, que fue del 3,4%. Sólo Baleares obtuvo un dato más favorable, concretamente de una décima, hasta el 4,2%. Se trata de una autonomía con un gran peso del turismo en su PIB, como sucede con la Comunidad. A diferencia de lo acontecido en 2015, este año la Semana Santa ha tenido lugar en marzo y la campaña turística, a la que hay que sumar las Fallas y la Magdalena, ha sido notable en la autonomía.

A ello hay que añadir el buen comportamiento de las exportaciones, el repunte del consumo y, también, la profundidad abisal a la que llegó a caer la economía autonómica como consecuencia de los excesos, sobre todo inmobiliarios, en los años de la bonanza. Prueba de ello, tal vez, es que, comparando el primer trimestre de 2016 con el cuarto de 2015, el PIB de la autonomía ha experimentado un incremento del 1,2%. En este caso, no se trata del más elevado de la última década, dado que entre abril y junio de 2015 -la Semana Santa se celebró en ese período- se registró idéntico porcentaje.

La subida del 1,2% es la mayor experimentada por una autonomía en el primer trimestre de 2016. La siguiente es Murcia, con un 1%. Además, se encuentra cuatro décimas por encima del 0,8% de la media nacional.