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El talento vuelve a lo clásico

El cooperativismo como modelo de negocio ha crecido un 12,3% en la Comunidad

Mentxu y Verónica, con elementos que utilizan para sus momentos de creación. Pilar Cortés

Más de la mitad mujeres, con estudios superiores, en paro o autónomas, con edades entre los 25 y los 45 años es el perfil predominante entre los nuevos cooperativistas de trabajo asociado en Alicante y la Comunidad en 2015. En un 69% de los casos les impulsa el espíritu emprendedor para apostar por este régimen al iniciar su negocio, según un informe de la Federación Valenciana de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado (Fevecta).

Pero, también, «por la igualdad en el derecho de los socios que ofrece esta fórmula. No hay diferencias salariales; tienes más flexibilidad que una pyme en la colaboración estratégica con otros y las dos socias somos administradoras solidarias. Pero, asimismo, por un punto ideológico sobre la economía social», argumenta Verónica Cerdán, socia, junto a Mentxu Segura, de Makinacción. Una cooperativa de trabajo asociado con seis meses en el mercado, «aunque llevamos año y medio con el proyecto», y que se dedica al diseño de estrategias de comunicación emocional y transmedia para otras empresas, instituciones públicas o para proyectos culturales...

El mundo del cooperativismo vive momentos de auge y diversificación. Ha aumentado en número y ha ampliado los sectores de negocio, entre otras causas, por la falta de oportunidades laborales que ha deparado la larga e intensa crisis. Ahora, los jóvenes emprendedores «no asocian a las cooperativas con la actividad agraria, aunque éstas siguen existiendo y, además, son rentables», apunta la noveldense Mentxu Segura. Parece que se están superando las etiquetas «de identificarlas más con el sector agrícola, al movimiento hippy o a la actividad alimentaria», añade la psicóloga Ana Sala, una de las cuatro socias de la cooperativa alicantina Crealic.

El pasado año se crearon 146 cooperativas de trabajo en la Comunidad, un 12,3% más que en 2014. De ese total, 80 abrieron en Valencia, 56 en Alicante y 10 en Castellón. Este avance elevó el censo a 1.958 en la Comunidad. Un dato destacado es que en un 51% de los casos, las emprendedoras fueron mujeres y en un 49%, hombres.

Empleo estable

De ese total de 1.958 cooperativas, 1.209 son valencianas, 188 castellonenses y 561 alicantinas, según Fevecta, federación que, asimismo, destaca que «el conjunto del sector generó 613 nuevos empleos directos, de los que más del 94% son estables».

Un capital inicial mínimo de 3.000 euros, «al igual que en otros proyectos empresariales», es un atractivo para los nuevos cooperativistas. La tributación para este tipo de negocios también puede ser más baja en el caso del Impuesto de Sociedades, de entre el 10%, si son protegidas, o del 20%, para las especialmente protegidas, pero sólo y siempre que cumplan todos los requisitos exigidos por la ley, advierten desde Fevecta.

Ni Verónica, ni Mentxu, ni tampoco Ana Sala, Lorena Blaya, Ángela Seoane y Mireia Verdú, las cuatro psicólogas que en febrero crearon Crealic -aunque llevaban varios años trabajando como emprendedoras, a través de una SLP (Sociedad Limitada Profesional)- abundan en estos aspectos, que le gestionan sus asesorías. Ellas están centradas en sacar adelante sus empresas, que se encuentran en los primeros años de trayectoria, periodo clave para ir construyendo el futuro, según los expertos.

Las jóvenes psicólogas de Crealic también valoran más la equiparación salarial, que cada socia tenga un voto, al igual que «la protección económica entre nosotras», subraya Lorena. Asumen en igualdad pérdidas y beneficios. Un aspecto que, dicen, no suele ser habitual en otras fórmulas empresariales, sobre todo en el caso de las pérdidas.

Antes de lanzarse al mundo cooperativo, todas ellas llevaban una andadura profesional de diez años en distintas compañías. La trayectoria de Verónica y Mentxu es más extensa, pero todas ellas coinciden en una frase cuando se les pregunta -aunque en diferentes entrevistas- por el motivo que les lanzó a dejar de ser empleadas por cuenta ajena a ser las responsables de sus propias empresas. «Porque cuando trabajábamos para otros, muchas veces decíamos: "Yo lo haría de otra manera"». Y no sólo apostaron por una fórmula diferente en la estructura del negocio, sino también en el desarrollo y contenido del mismo. Tanto Makinacción como Crealic se encontrarían dentro de los nuevos nichos de mercado a los que se ha incorporado el sector cooperativo. Son nuevos yacimientos de empleo, en muchos casos, menos tradicionales. Según las estadísticas de Fevecta, en 2015 entre los proyectos empresariales más frecuentes se encontraban en un 16% de los casos los que apostaban por las actividades sanitarias, de atención a personas o servicios sociales.

Nuevos nichos

Entre los nuevos nichos de mercado le siguen, en un 15% de los casos, los de servicios a empresas; en un 12% los relacionados con la enseñanza y hostelería y en un 8% los de actividades culturales deportivas o de ocio. Lejos quedan en estos datos a nivel autonómico otros sectores que antes eran predominantes, como la agricultura, que ha pasado a interesar a un 6% de los nuevos cooperativistas o la construcción, con un 2%, actividad esta última que lideraba el ranking durante el boom inmobiliario. No obstante, en las estadísticas en Alicante, el ladrillo sigue siendo una opción para el 12% de los interesados en una crear una cooperativa.

Ahora, Verónica y Mentxu hablan con pasión de la comunicación emocional. ¿Cómo que comunicación emocional? «Se trata de generar estrategias de comunicación basadas en experiencias», explica Mentxu. «Contamos historias», apostilla Verónica.

Según se interpreta, sería la traslación al mundo tecnológico y digital de la promoción tradicional que utilizan las empresas para darse a conocer. «Es construir una historia a medida, en contacto con el público, que traslada los valores de la empresa». Eso es la comunicación emocional y, además, el mensaje se lanza en diferentes formatos y plataformas.

Y, en su caso, además practican el concepto coworking, ya que comparten espacio para el trabajo en una misma planta, aunque en salas diferentes, con otras cooperativas, una de diseño gráfico y otra de asesoría. También las psicólogas de Crealic querían hacerlo «diferente». Y encontraron la fórmula asociativa y colaborativa de trabajo. «Somos cuatro mentes pensantes, con aportaciones diferentes, que creamos algo nuevo, potente y de calidad», subraya Ángela. Una asociación en el negocio que les permite, igualmente, mayor especialización. De hecho, Crealic, aunque muy vinculada a la psicología infantil, cubre el tratamiento y la atención en todas las etapas de la vida, también la adolescente, la de adultos y la familiar.

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