Aunque sus beneficios económicos son indudables, la llegada del AVE a la provincia también ha acarreado algunos efectos indeseados con los que muchos no contaban. Entre ellos, uno de los más peligrosos es la «fuga de talento» y de empleo cualificado que se está produciendo desde que la mejora de las comunicaciones ha dejado Madrid a apenas dos horas de viaje. Así lo advirtió ayer el presidente el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Perfecto Palacio, quien realizó un llamamiento para mejorar «el atractivo» de la provincia de cara a las empresas de los nuevos sectores que están despuntando, con el objetivo frenar este fenómeno.

«El AVE ha traído muchas cosas buenas pero también ha propiciado que exportemos talento, lo que supone una pérdida de riqueza», apuntó Palacio, durante la presentación del informe de coyuntura que trimestralmente elabora Ineca. En la misma línea, el director de Proyectos del Instituto, Joaquín Melgarejo, señaló que la cercanía que aporta la alta velocidad ha llevado a «algunos grupos empresariales a potenciar sus servicios centrales en Madrid, donde se concentran los empleos más cualificados, mientras en la provincia se quedan únicamente los centros de producción, con trabajos peor pagados».

«Los directivos pueden venir una mañana, controlar y marcharse a su casa por la tarde, sin necesidad de vivir aquí», explicó Melgarejo. Una tendencia cada vez más acusada en sectores como el financiero o el de la consultoría. De esta forma, la llegada del AVE estaría contribuyendo a agrandar la brecha salarial que ya se da entre la media nacional y la provincia de Alicante, donde el sueldo medio que reciben los trabajadores ya es entre un 25% y un 30% más bajo, según Ineca. Una diferencia que queda clara, por ejemplo, en la recaudación del IRPF -que procede mayoritariamente de las retenciones que se aplican a las nóminas-, donde la provincia apenas aporta un 1,33% de los ingresos totales del Estado por este tributo cuando su peso en el PIB es muy superior.

Además, Perfecto Palacio alertó de las consecuencias a largo plazo de esta situación, ya que estos salarios más bajos se traducen también en pensiones más reducidas, como ya ocurre en la actualidad, cuando la paga media de los jubilados de la provincia apenas alcanza los 781 euros, frente a los 900 de la media nacional.

En cuanto a la evolución económica general, los responsables de Ineca señalaron que el ritmo de la recuperación ha empezado a frenarse en la provincia, por lo que reclamaron más apoyo para los sectores que en estos momentos presentan mejores cifras y un mayor potencial de desarrollo, que no son otros que el turismo y la construcción de segundas residencias. Por este motivo, el presidente de Ineca instó a los políticos a no generar más «incertidumbre» y a «acotar en el tiempo» debates como el de la nueva tasa que se baraja para el sector turístico, para evitar que se eternicen.

También exigió que se deje de cuestionar el modelo urbanístico y el negocio inmobiliario, en referencia a los cambios que plantea el Consell a través de la nueva Ley sobre la Función Social de la Vivienda o la moratoria aprobada en el desarrollo de nuevos suelos en las zonas de costa. Al respecto, recordó la importancia que esta actividad tiene para la economía provincial, ya que Alicante concentra el 25% de los nuevos visados para la construcción de viviendas en toda España y que también supone el 22,5% de las ventas de casas que se realizan a extranjeros. Una actividad que sólo durante el último trimestre del año pasado aportó a la economía alicantina 517 millones de euros, «más que cualquier exportación».

Por su parte, el responsable de Análisis de Ineca, Francisco Llopis, destacó la presencia de «algunas señales de alarma» entre los principales indicadores económicos de la provincia, entre los que destacó el estancamiento en la creación de nuevas empresas o la reducción del saldo comercial positivo. Aún así, el «lobby» dejó claro que la economía sigue mejorando, solo que a un ritmo menor que el de meses anteriores.