«Nuestra situación es muy complicada. Intervenidos judicialmente y con las cuentas bloqueadas, vamos a ver si a corto plazo podemos seguir operando, pero que quede claro que todos los socios y clientes van a seguir siendo defendidos en los tribunales». Pedro Pérez es el delegado de Ausbanc en Alicante y admite que la asociación de usuarios de banca ha empezado a sufrir bajas después de que su presidente, Luis Pineda, haya ingresado en prisión acusado de extorsionar a bancos a cambio publicidad positiva y chantajear con la promesa de que retiraría acusaciones judiciales.

Es la doble vida de esta organización, cuyas campañas públicas y judiciales, junto a las de otras asociaciones similares, han sido esenciales a la hora de poner fin a muchos abusos de las entidades financieras, pero cuyos principales dirigentes se adentraron en el lado oscuro. Ausbanc inició su actividad en la Comunidad Valenciana en 2002 en Alicante, donde Pérez abrió una delegación. Dos años más tarde, tras observar que la asociación no tenía representantes en Valencia, el despacho de abogados que dirige José Antonio Pérez Vercher contactó con Ausbanc y pasó a ejercer como delegado. Diez años más tarde concluyó su relación, dado que la organización pretendía que su bufete trabajara en exclusiva para la asociación. En febrero de 2015, Pedro Pérez se hizo cargo de Valencia al tiempo que mantenía Alicante. Hasta el pasado 31 de marzo, cuando la delegación de Valencia pasó a estar controlada desde Madrid.

Los despachos de abogados en las diferentes provincias, ya fuera en exclusividad o no, se dedican a impulsar y defender las diferentes causas marcadas desde la dirección central de Ausbanc. Cobran una comisión por cada caso, que puede llegar al 50% de lo ingresado por costas judiciales o porcentajes en el dinero recuperado por el cliente. El resto iba a la central. Casos como las cuotas participativas de la CAM, las cláusulas suelo, las comisiones bancarias irregulares, las preferentes y la salida a Bolsa de Bankia o los swaps han sido algunas de las batallas en las que ha estado la organización en la Comunidad Valenciana.

Fuentes financieras aseguran, como también hace el propio Pedro Pérez, que «la gente de las territoriales no estaba en el meollo» de las extorsiones, pero «eran parte del instrumento». Ninguna entidad que opera en la autonomía, de las consultadas por este diario, admite haber recibido ofertas de retirar demandas contra ellas a cambio de dinero. Varias, como Bankia -por las preferentes- o Cajamar -por las cláusulas suelo- sí han padecido la ira de Ausbanc en forma de demandas. Y casi todas han insertado publicidad en la revista de la asociación, que era otra forma de financiarse. Alguna, como Cajamar, rompió relaciones informativas y comerciales tras la campaña de Ausbanc contra ella y sus directivos por las cláusulas suelo. En el sector financiero recuerdan que las extintas Bancaja y la CAM fueron grandes anunciantes de la citada revista, que poco antes de la crisis que se la acabó llevando por delante premió a la caja valenciana como la mejor del año.

A finales del pasado mes de marzo, Ausbanc se dirigió a las cajas rurales ofreciéndoles su participación en un especial que sobre este sector va a publicar su revista en mayo. Las inserciones publicitarias iban de los 3.000 a los 10.000 euros, con ejemplares gratuitos incorporados. Muertas las cajas de ahorros, las cooperativas son ahora un objetivo de la citada publicación.