Las arcas del Estado empiezan a resentirse de la entrada en vigor del nuevo tramo de la reforma fiscal, que ha reducido las retenciones que se aplican sobre las nóminas y los rendimientos del capital (los intereses de depósitos o acciones). Lo que supone una buena noticia para los contribuyentes no lo es tanto para Hacienda, que ha visto cómo se frenaba el importante aumento de la recaudación que había generado la mejora económica en la provincia e, incluso, a nivel nacional le ha acarreado una caída de sus ingresos. Un descenso que, además, se conoce en un momento bastante inoportuno, cuando el Gobierno acaba de reconocer que España no cumplió con su objetivo de déficit el año pasado y desde Bruselas se reclaman nuevos ajustes.
En el caso de Alicante, la recaudación que gestiona la delegación de la Agencia Tributaria en la provincia continuó creciendo, frente a la citada tendencia negativa general, aunque mucho menos que en el ejercicio pasado. Así, en los meses de enero y febrero los alicantinos pagaron un total de 564 millones de euros por los principales impuestos estatales, lo que supone un significativo aumento del 6,2% pero muy alejado del incremento medio del 12,6% que se logró en el conjunto del año pasado.
El principal motivo de esta desaceleración de los ingresos por impuestos en la provincia está en la caída de las cantidades abonadas por el IRPF, como consecuencia de la rebaja en las retenciones. Así, aunque en la provincia hay trabajando cerca de 26.000 personas más que el año pasado -lo que debería haber disparado la recaudación por este tributo-, la realidad es que ha caído un 2,8%, hasta los 230 millones de euros. En contraste, en el conjunto de 2015 se elevó un 5%.
La propia Agencia Tributaria atribuye este recorte a los efectos de la reforma fiscal en el informe mensual que realiza sobre la materia, aunque confía en que estos efectos se vayan atenuando a lo largo del año. Así, señala que las cifras mejorarán cuanto se llegue al mes de agosto ya que, como se recortará, el Ejecutivo de Mariano Rajoy decidió adelantar al pasado verano una parte de la rebaja que debía entrar en vigor este enero -en un claro gesto electoralista-, por lo que la comparativa ya no será tan negativa.
Más consumo
Pero, si en el caso de Alicante, esta caída del IRPF no ha sido suficiente para reducir el conjunto de los ingresos de Hacienda en la zona, se debe al excepcional comportamiento que ha tenido el otro gran impuesto de carácter estatal: el IVA, que grava el consumo. En este caso, la Agencia Tributaria recoge los frutos de la buena campaña de Navidad y el buen cierre de año que registraron en la provincia sectores como el comercio o la hostelería, compuestos mayoritariamente por pymes, que realizan sus ingresos trimestrales en febrero. Un dato que corrobora la recuperación del gasto.
Pero también hay que tener en cuenta la aportación de otros negocios, como el de los concesionarios -las matriculaciones de nuevos vehículos acumulan un incremento del 25% en lo que va de año- o, incluso, la venta de viviendas de obra nueva, que también se ha reactivado. Todo ello provocó que en los dos primeros meses del año se recaudaran 289,4 millones de euros por IVA en Alicante, un 11,2% más que el año pasado.
No residentes
En cuanto al resto de tributos de carácter estatal -los que gestiona Hacienda, aunque luego ceda una parte a las autonomías-, destacan los incrementos en el impuesto sobre la renta de los no residentes, que aumentan un 18,8%, hasta los 10,8 millones; o los relacionados con la exportación e importación de bienes (tráfico exterior) que suben un 29,1%. Por último, la recaudación por impuestos especiales se incrementa ligeramente -un 0,3%- y las tasas y recargos un 0,8%.
LAURA GONZÁLEZ MOLEDO
