Menos impuestos y una legislación laboral más simple pero, también, más mano dura contra los que deciden saltarse la ley y suponen una competencia desleal para el resto de negocios. Éstas fueron las principales reivindicaciones que planteó ayer el presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa), Francisco Gómez, durante el discurso que pronunció con motivo de la asamblea general anual que celebra la organización. Una intervención que también aprovechó para mandarle un recado a los nuevos inquilinos de la Generalitat y dejarles claro que los tendrán enfrente si deciden aumentar el Impuesto de Sucesiones, como ya se plantean algunos de los nuevos ejecutivos de izquierdas en otras autonomías.

Tras hacer balance de la gestión del último año, en el que Aefa multiplicó su actividad para celebrar su vigésimo aniversario, Gómez se refirió a la situación económica actual, que valoró positivamente pero sin dejarse llevar por el exceso de optimismo. «Parece que ya estamos asomando la cabeza del profundo y oscuro agujero que la crisis había generado pero no debemos confiarnos. Volver a la situación que conocíamos será una ardua tarea a la que aún le queda mucho recorrido», señaló ante el resto de empresarios presentes.

Así, recordó que la desaceleración de China y de otros grandes países emergentes, debido a la caída del petróleo, pueden suponer un obstáculo para esta recuperación. Pero, sobre todo, el presidente de Aefa recalcó que, para que la economía continúe mejorando, hace falta «estabilidad». Por eso, reclamó «a los gobernantes electos altura de miras». «Necesitamos un gobierno que dé estabilidad para poder desarrollar nuestros proyectos empresariales. Y esa estabilidad la necesitamos cuanto antes», recalcó el también cofundador del Grupo Marjal.

También abogó por «un marco fiscal que fomente el crecimiento y la competitividad» y por una «simplificación de la legislación laboral». Ahora bien, al mismo tiempo que reivindicaba esta rebaja de impuestos, también exigió «que aumente la presión inspectora sobre los empresarios que no cumplen con sus obligaciones para acabar con la competencia desleal». En otras palabras, un mayor ahínco en la lucha contra la economía sumergida, una de las plagas de la provincia.

Más protección

Fue también en este momento cuando Francisco Gómez también solicitó «que se promueva la protección de las empresas familiares» como «generadores de empleo y riqueza», y destacó los resultados del estudio encargado por el IEF que señalan que este tipo de negocios son los que aportan casi el 70% de los puestos de trabajo en el sector privado. Por este motivo, y siguiendo con su argumentación, dejó clara su «oposición a un incremento de las ya excesivas cargas fiscales a los empresarios familires», en clara alusión a una posible subida del Impuesto de Sucesiones, que supone una de las mayores barreras para la continuidad de muchas compañías.

No en vano, desde que el anterior ejecutivo decidió reducir del 99% al 75% la bonificación de este tributo, el número de empresas de la autonomía que cambian su domicilio social a otras comunidades supera a la cifra de las que vienen. Los empresarios temen que los nuevos ejecutivos de izquierdas reduzcan aún más esta bonificación.

JOAQUÍN AÑÓ VALLÉS