La crisis económica ha ejercido la fuerza de un vendaval sobre el sistema financiero de la Comunidad Valenciana, que prácticamente ha perdido todo el poderío de que gozó antaño. Entidades de referencia nacional como Bancaja, la CAM, el Banco de Valencia o Ruralcaja, y un sinnúmero de pequeñas cooperativas de crédito, han desaparecido en menos de una década. Una de las consecuencias de todo ello es que la concentración bancaria ha crecido de forma espectacular. Así, en la provincia de Alicante, las cinco entidades más grandes que operan en la zona, como Bankia, CaixaBank, Sabadell o el BBVA, acaparaban al finalizar el pasado mes de septiembre el 76% de la cuota de mercado, es decir, 26 puntos más que cuando estalló la crisis en 2008 en toda su dimensión. En el caso de la vecina Valencia el salto ha sido del 50% y en Castellón del 57% al 72%.

Los datos están contenidos en un informe sobre «La concentración regional del mercado bancario español» publicado por la Fundación de la Cajas de Ahorros (Funcas) y elaborado por el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos. El experto asegura que desde 2008 el número de entidades de crédito en España se ha reducido en un 40%, lo que ha convertido al país en el segundo de la eurozona, tras Chipre, donde más ha caído esa cifra. Italia, inmersa ahora en el proceso de reestructuración que España ha llevado a cabo en estos años, se queda en el 20%. Asimismo, la ratio población por oficina ha aumentado en un 47% en el citado periodo, pasando de 991 a 1.454 personas por sucursal. Aún así, España sigue siendo el segundo país de la UE con más densidad de red.

Maudos asegura que «el aumento de la concentración no implica necesariamente una reducción de la competencia», pero avisa de que en algunas provincias ese incremento «sobrepasa umbrales que en otros países se consideran preocupantes», motivo por el cual concluye que es necesario «estar vigilantes» ante la evolución del mercado.