El anuncio de un plan de reestructuración en el Banco Santander, que implica el cierre de 450 oficinas en España este año, generó ayer inquietud en el centenar de sucursales que la entidad tiene en la provincia, y donde trabajan 537 personas, según datos sindicales. Hasta el próximo día 6 no se conocerá en detalle el plan, que el pasado jueves por la tarde, comunicó el banco a los representantes de los trabajadores.

Ese día se conocerá el personal al que afecta el ajuste, así como las oficinas que se clausurarán. Según adelantó el jueves la entidad, las sucursales a clausurar serían las de menor tamaño, la que tengan hasta tres trabajadores. Los sindicatos estiman que, en el caso del personal, el ajuste puede afectar en toda España a entre 1.000 y 2.500 empleados. Además de los cierres, la reestructuración también supone reconvertir unas 350 sucursales al año hasta 2018 en «oficinas de futuro», más tecnologizadas, según Susana Bermúdez, de CC OO.

Este sindicato y UGT abogan por «una negociación consensuada, con salidas pactadas o voluntarias, en ningún caso, traumáticas. No entenderíamos que el Santander con los resultados publicados actuara de otra manera», subrayó Alejandro García, secretario general del sector de Banco Santander en UGT-PV.