Las autoridades diplomáticas españolas confirmaron ayer que el cargamento de 20 toneladas de naranjas y limones presuntamente procedente de España y destruido el martes en China no cumplía los requisitos para su exportación, por lo que dieron su visto bueno para que no entraran a este mercado. Además, confirmaron que se investiga si el origen de esta partida podría estar en Alicante, dado que los certificados presentados -que no eran oficiales- tenía su origen en la provincia, aunque «al ser documentos irregulares podría caber incluso la posibilidad de que la fruta no fuera española», indicó a la agencia Efe el consejero de Agricultura de la Embajada de España en China, Samuel Juárez.

Fuentes de la Subdelegación de Gobierno de Alicante confirmaron ayer que la investigación para determinar el origen del cargamento en España está en marcha, si bien remitieron a días próximos para conocer los resultados.

El pasado 11 de marzo la administración de control de calidad de China notificó a las autoridades españolas en el gigante asiático la llegada de un cargamento «sospechoso» -se investiga si de Alicante-, y tras comprobar que los certificados no eran oficiales (deben tener papel securizado de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre) confirmaron la irregularidad del envío, que incluso podría no proceder de España.

«Los controles funcionan»

«El mismo sector español está interesado en que se persigan actividades fraudulentas», dijo al respecto el consejero de Agricultura de la Embajada de España en China. «Es importante que se investigue bien, pero no debería haber ninguna repercusión porque se ha mostrado que los controles funcionan», añadió Juárez.

Desde Alicante, la organización agraria Asaja-Alicante también se mostraba a favor de que se investigue el origen de esta partida. «Eso nos beneficia a los exportadores provinciales, porque nosotros somos muy exigentes y cumplimos todos los controles necesarios. Sería importante que se aclarase la situación y que se pidieran a terceros países los mismos requisitos que a nosotros», según manifestó Eladio Aniorte, presidente de Asaja-Alicante. El representante de esta organización agraria desconocía que se estuviera realizando una investigación en la provincia, pero no descartó que, como aludían las autoridades españolas en China, «pudiera tratarse de fruta que no procede de España».

Los falsos certificados de la fruta destruida y que las autoridades chinas enterraron en cal viva para prevenir posibles plagas, tenía su origen en Alicante. No obstante, Samuel Juárez incidió en declaraciones a Efe que los cítricos podrían no ser de origen nacional.

España está autorizada a exportar cítricos a China desde la entrada en vigor de protocolos fitosanitarios para estos productos en 2007, aunque la llegada de cargamentos españoles al país asiático no comenzó hasta 2014. Ese año se exportaron a China cítricos españoles por un millón de euros, cifra que se triplicó en 2015, y se espera mantener la tendencia ascendente en este ejercicio. El consejero destacó que España investigará el presunto origen de esta fruta una vez que reciban datos más específicos de China, y subrayó que no espera que el suceso afecte a las relaciones bilaterales o a futuros acuerdos comerciales «porque se actuó como se debía». España y China negocian en este sentido nuevos protocolos para la exportación al país asiático de uva de mesa, ciruelas y melocotones, fruta esta última que ningún otro país vende aún en China.

Las cítricos interceptados por China, almacenados en 2.000 cajas y valorados en unos 14.000 euros, fueron destruidos en el puerto de Tianjin (a 200 kilómetros de Pekín), principal puerta de entrada de productos de otros países al norte del gigante asiático. La lejanía geográfica de China dificulta que el país, pese al potencial de su mercado, pueda convertirse en un destino primordial para las frutas españolas, ya que los costes de envío y refrigeración son mayores que en otros mercados más tradicionales.