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La productividad de las empresas de la provincia creció casi un 10% durante la crisis

El recorte de las plantillas de las compañías fue superior a la caída que se registró en la actividad, lo que elevó el volumen de facturación por cada empleado, según Ineca

La productividad de las empresas de la provincia creció casi un 10% durante la crisis

La fuerte contracción del PIB y la caída de la actividad no impidieron que las empresas alicantinas continuaran ganando productividad productividaddurante los años más duros de la crisis económica. En concreto, entre 2008 y 2013 las firmas de la provincia lograron incrementar su facturación media por empleado casi un 10% gracias, sobre todo, a que los recortes que aplicaron a sus plantillas fueron bastante mayores que el descenso de su facturación.

Así lo asegura un estudio realizado por el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), que también destaca la incidencia que puede tener este factor en la recuperación del mercado laboral de la provincia. De esta forma, si en el año 2008 la productividad media por empleado alcanzaba en Alicante los 49.020 euros, seis años y una crisis más tarde, en 2013, este indicador se situaba en los 53.788 euros por trabajador, un 9,7% más, según los cálculos del responsable de Análisis y Gestión de Ineca, Francisco Llopis.

Lo más llamativo es que esta mejora tuvo lugar a pesar de que el nivel global de producción de la economía alicantina registró un fuerte descenso durante el citado periodo, cuando el PIB provincial pasó de los 36.363 millones que sumaba en 2008 a los 31.622 con que finalizó los años de recesión. Un retroceso del 13% que tendría que haberse reflejado en las cifras de productividad de las empresas.

¿Qué sucedió para que esto no fuera así y mejorara este indicador? Pues que el volumen de ocupados cayó mucho más que las cifras de negocio. O, en otras palabras, que las compañías se las apañaron para que cada uno de sus empleados asumiera más carga de trabajo, algo que se puede conseguir a través de las mejoras tecnológicas introducidas en las líneas de producción o, simplemente, mediante una mayor exigencia a los trabajadores.

De esta forma, si la caída de la producción fue del 13%, el descenso del número de ocupados se aproximó al 21%, ya que de los 741.800 alicantinos que tenían un empleo al inicio de la crisis, sólo 587.900 lo conservaban al finalizar el año 2013, de acuerdo con los datos facilitados por Ineca.

Más exportaciones

Como todo, este fenómeno tiene una doble lectura, positiva y negativa. Por un lado, esta mejora de la productividad es una de las claves que ha permitido el notable aumento de las exportaciones que se ha registrado en los últimos años y que se ha convertido en uno de los motores de la recuperación económica, según explica Llopis. Las empresas alicantinas son ahora más competitivas, lo que les permite ofrecer mejores precios a sus clientes y ganar cuota de mercado en el extranjero, hasta el punto de que el volumen de comercio exterior de la provincia se ha disparado casi un 60% desde el año 2009, al pasar de 3.381 millones a 5.403.

La otra cara de la moneda son las consecuencias que esto puede tener para el mercado laboral. Este aumento de la productividad por empleado significa, en otras palabras, que las compañías necesitan menos trabajadores para producir lo mismo. Es decir, que aunque se recuperen los niveles de actividad previos a la crisis, el volumen de empleo seguirá siendo inferior, lo que supone un problema para las decenas de miles de personas que se quedaron en paro durante la recesión, según apunta el responsable de Análisis de Ineca.

De hecho, según Francisco Llopis, es algo que ya se está produciendo y de lo que ya advirtió el Instituto durante la presentación de su último informe de coyuntura. Así, tras analizar decenas de indicadores, Ineca concluyó que la situación económica actual de la provincia ya podía considerarse «similar» en términos globales a la del año 2008, a pesar de que aún persistían algunos efectos de la crisis, como una tasa de paro elevada. Sin embargo, sectores como el turismo o las exportaciones ya presentaban niveles superiores a los de aquel año, lo que indica que habrá que buscar nuevas vías para elevar el nivel de ocupación.

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