Lo dijo en varias ocasiones, cada vez con menos convicción sobre la idoneidad del término utilizado, pero lo dijo: a la banca española le esperan un par de años de «travesía del desierto» como consecuencia de la menor rentabilidad que provoca el escenario de tipos de interés por los suelos. En un encuentro con los medios de comunicación previo a la junta de accionistas de hoy, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, matizó, sin embargo, que prefiere la situación actual a la de 2012, cuando la entidad fue intervenida: «Estamos mucho mejor». A pesar de esto último, el banquero se mostró convencido de que el sector se va a ver abocado a medio plazo a un nuevo proceso de concentración si se mantiene durante tres o cuatro años este contexto de tipos «increíbles» -el euríbor está en negativo- que merman de forma considerable los ingresos de las entidades financieras. Goirigolzarri, que aseguró no percibir en el Banco de España urgencias por acelerar las fusiones, añadió que las uniones se producirán antes en el mercado doméstico que en el transnacional.