El secretario general de UGT, Cándido Méndez, manifestó ayer que hay errores que el sindicato no se puede permitir más, como fallar en la gestión y el control de los fondos públicos y de las cuotas de los afiliados, un asunto en el que cree que hay que ser especialmente cuidadoso.

Durante su discurso de despedida en el 42 Congreso Confederal, reconoció que en el sindicato ha habido actitudes reprobables, pero tiene la confianza de que no ha habido «ilegalidades» ni «dolo», sino «más bien irregularidades, opacidades o falta de transparencia». Méndez se mostró confiado en que «la verdad» restablecerá la buena imagen de sindicato y recordó que en UGT no ha habido imputados que se mantuvieran en el cargo, porque han dimitido antes. Estas son las enseñanzas con las que Méndez se queda de su etapa al frente del sindicato, a la que suma el haber comprendido que las bases de la UGT son mucho más fuertes que los órganos de dirección.

Asimismo, aseguró que ha aprendido que los enemigos del sindicato, a los que no considera como tales, no tienen límites en sus ataques. A liderar el sindicato aspiran el secretario general de UGT Cataluña, Josep María Álvarez, el secretario de Servicios para la Movilidad y el Consumo, Miguel Ángel Cilleros, y el secretario general de Canarias, Gustavo Santana.

En la que era «con seguridad» su «última intervención pública», Méndez reconoció que se trataba de un momento «muy especial». «He tenido temblores en las piernas y la voz, y pensaba que se me iba a quitar con el adiestramiento, pero los temblores en las piernas los sigo teniendo y en este momento de manera especial». Con su despedida, Cándido Méndez pone fin a 22 años de mandato.