El empresario valenciano que inició la guerra del pan en 2012 al vender las barras a veinte céntimos está en preconcurso de acreedores al no poder hacer frente a sus deudas. José Navarro llegó a tener 150 trabajadores y vendía miles de barras de pan al día, pero al final el tiempo ha dado la razón a los profesionales que advertían de que era inviable vender las barras a veinte céntimos. El propio Navarro confesó al programa de TVE Teleobjetivo que llegó un momento en que el económicamente no podía más y decidió que los acreedores se quedaran las tiendas.

José Navarro abrió cinco despachos de venta de pan a bajo coste en las localidades de Quart de Poblet, Torrent, Gandia y Vilamarxant. En el horno de Quart de Poblet vendía cada día 15.000 hogazas de pan y se formaban grandes colas.

Vicente Martínez, secretario del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia, subrayó que el tiempo les ha dado la razón. "Esa manera de comercializar el pan era inviable. Depende de la estructura de la empresa, pero un panadero tradicional como él no podía vender por menos de cuarenta y cinco céntimos sin perder dinero. Con cuarenta y cinco céntimos puedes tener para los costes de fabricación, pero faltan los de comercialización y los de transporte. Era insostenible", sentenció.

Hornos tradicionales

El representante del gremio de panaderos insistió en que la política comercial de Navarro castigó a otros hornos tradicionales que no podían competir. "Incluso las grandes superficies se negaron a bajar a esos precios. Ahora él está en preconcurso", añadió.

El gestor de Navarro explicó en Teleobjetivo que el panadero creció demasiado rápido y ahora ha perdido su dinero y su patrimonio. "No le queda prácticamente nada", aseguró. Según el programa, la deuda con los bancos supera el millón y medio de euros.

El empresario reconoció que su negocio le dejaba muy poco margen y se basaba en el volumen de ventas. Además, achacó sus problemas al acoso de sus competidores que vinculó al cierre cautelar de un obrador por una denuncia de Sanidad.

Deudas con proveedores

El Gremio de Panaderos de Valencia aseguró que al menos tres harineras importantes que confiaron en Navarro se han visto atrapadas por sus problemas de liquidez. Otros perjudicados son empresas de transportes, que no han podido cobrar. Navarro disponía de un gran centro de producción en Riba-roja y de otro obrador en Paterna.