Un soltero de 30 años que herede bienes de su padre por un valor de 800.000 euros, de los que 200.000 corresponden a la vivienda del fallecido, deberá pagar en la Comunidad Valenciana por el Impuesto de Sucesiones un total de 31.596 euros, lejos de los 164.049 euros que se abonan en la comunidad andaluza.