La demanda extranjera se ha convertido en los últimos años en el gran motor del sector inmobiliario alicantino, hasta el punto de que más de la mitad de todas las ventas que se formalizan tienen ya como comprador a algún ciudadano de una nacionalidad distinta a la española. Un filón que no sólo ha ayudado a reactivar las ventas en las zonas de costa -donde la mayoría de los europeos siguen centrando sus preferencias-, sino también en los barrios populares de muchas ciudades, donde compran aquellos inmigrantes que no han llegado a la provincia atraídos por el buen tiempo, sino en busca de un futuro mejor para los suyos.

Una diversidad que se refleja en el presupuesto medio que cada una de las distintas nacionalidades invierte a la hora de adquirir una vivienda en Alicante y que varía enormemente, de acuerdo con los datos facilitados por el Colegio Notarial de Valencia. El rango va desde los modestos 23.000 euros que destinan de media los marroquíes, hasta los cerca de 200.000 que se gastaron el año pasado los holandeses, todo un reflejo a pequeña escala de las enormes desigualdades que existen en el mundo y que, lógicamente, también evidencia el diferente perfil de unos y de otros.

En el caso de los ciudadanos del país norteafricano, la mayoría quiere una vivienda para fijar su domicilio permanente y busca, sobre todo, que los precios sean económicos por encima de otras consideraciones, tal y como explica el director de la inmobiliaria Remax Abaco, Juan Carlos Sempere. Las zonas donde más propiedades adquieren son los barrios del norte de Alicante -las 400 viviendas, Juan XXIII o Colonia Requena- donde pueden encontrarse pisos, incluso, por 10.000 euros. También en la Vega Baja y, en especial, en el municipio de Albatera, que ha sustituido a Crevillent en sus preferencias por la mayor disponibilidad de viviendas asequibles.

También son modestos los presupuestos que manejan los compradores argelinos, que en los últimos años han protagonizado un auténtico boom con la compra de casi 5.000 pisos en la provincia desde 2010, según los notarios. El año pasado gastaron de media 54.678 euros por inmueble y la principal diferencia con los marroquíes es que, en este caso, muchas de las compras se realizan por inversión, «con la intención de sacar el dinero de su país a un destino más estable», explica Sempere, quien señala que muchos de los compradores que llegan desde Orán o Argel son profesionales de clase media-alta o pequeños empresarios.

Los rumanos, con 57.967 euros por vivienda, son otros de los inmigrantes económicos que también se cuelan en esta lista que recoge las 15 nacionalidades que más casas adquirieron el año pasado en Alicante y entre las que, sorprendentemente, no aparece ningún país sudamericano. Una circunstancia que se debe a la mayor inclinación hacia el alquiler de este colectivo, muchos de los cuales aún tienen intención de regresar a su país.

En el otro extremo de la balanza se sitúan los llamados eurorresidentes, es decir, los ciudadanos de otros países de la UE que vienen para pasar su jubilación o en busca de una segunda residencia en un lugar con buen clima. Sin embargo, también entre este grupo existen notables diferencias según su procedencia concreta. Así, los que más dinero traen en el bolsillo son los holandeses, que el año pasado invirtieron de media 194.780 euros y que, por lo general, buscan chalets independientes de alto nivel en alguno de los municipios del norte de la provincia. Un perfil de clase media-alta y alta que también comparten con los rusos que, a pesar de la fuerte crisis que azota su país, aún disponen de los fondos necesarios para agenciarse una vivienda vacacional en el Mediterráneo. En el caso de los noruegos, los segundos que más gastan, con 169.995 euros, son los elevados salarios lo que permite este dispendio.

Un nivel de vida elevado es también el que muestran los suizos (166.997 euros por casa) y los belgas, con 163.524 euros de presupuesto medio y que, además de invertir una gran cantidad, son los terceros mayores compradores de vivienda en la provincia, entre los extranjeros.

La presencia de las principales instituciones comunitarias y su enclave entre las principales potencias europeas han permitido florecer en el pequeño país una gran masa de profesionales de sueldos altos, a los que han sabido trabajarse bien los principales promotores de la zona, como prueba la presencia masiva de compañías alicantinas del sector en la última feria inmobiliaria celebrada en Gante.

A pesar de todo lo anterior, siguen siendo los ingleses los que encabezan la lista de los extranjeros que más casas compran en Alicante y también son los que cubren un mayor número de estratos sociales, lo que rebaja el importe medio que destinan a la adquisición de los inmuebles a 134.066 euros, por debajo de los anteriores. Lo más destacado, en este caso, según el director de Remax Ábaco, es que su presencia ya no se limita a la poblaciones de la costa y cada vez se están volviendo más «urbanitas». Así, ya no resulta nada infrecuente que compren pisos en pleno centro de Alicante.

Por último, también destaca el hueco que se han hecho los chinos en esta lista, aunque en este caso son su capacidad de trabajo y su iniciativa empresarial la que les permite desembolsar unas cantidades por encima de la media en las casas que compran, con 147.007 euros.