La milenaria China apuesta por el vino alicantino. El pasado año el gigante asiático compró 607.000 botellas (455.581 litros, aproximadamente) de caldos de la provincia con denominación de origen. Esto supone que en los hogares de Hong Kong, Pekín (Beijing) o Shanghai o los eventos que se celebran en las grandes poblaciones se consume un 50,71% más de botellas de vino alicantino que en 2014.
El crecimiento experimentado en el país asiático ha elevado a este mercado a la segunda posición en el ránking de los principales clientes de las bodegas que conforman la Denominación de Origen Vinos Alicante (un total de 38). A la cabeza se encuentra Alemania, que compró 545.895 litros (720.000 botellas, aproximadamente) el pasado año, según los datos del Consejo Regulador. En conjunto, el sector vitivinícola provincial con sello de calidad rebasó los 10,4 millones de botellas comercializadas el pasado año, que representan un aumento del 7,42%.
Tintos y espumosos se encuentran entre los vinos preferidos de los clientes chinos, que año a año van consolidando su posicionamiento, gracias a las acciones que realizan las propias compañías introduciéndose en un mercado que, tradicionalmente, ha sido difícil, añaden las mismas fuentes del Consejo. No obstante, el despegue de la economía china -aunque ahora comience a ver reducido el crecimiento de su PIB- ha disparado en los últimos años el consumo entre la población, al haber ido escalando puestos en el nivel de poder adquisitivo.
Pero, además, otro de los factores que ha podido favorecer el avance del sector vitícola alicantino en China es el gusto de los nuevos consumidores por las marcas, según apuntan los expertos, especialmente las europeas, además del posicionamiento en el exterior de la gastronomía española. Varios cocineros nacionales han incluido al gigante asiático en sus planes de expansión internacional. La avanzadilla fueron Martín Berasategui o Sergi Arola, pero también el conocido José Andrés o Paco Roncero. Este último, a través del restaurante View 62, en Hong Kong.
Además, China es una de las paradas mundiales de los principales sectores productivos alicantinos en su objetivo de aumentar la cuota de mercado en este país, con un potencial de más de 1.300 millones de consumidores.
No obstante, desde el Consejo Regulador señalan que el mercado chino es aún un país de compra de volúmenes, más que de valor económico, al igual que sucede con Alemania.
Caso contrario es el de Estados Unidos, el cliente por el que el sector provincial aspiraba hace años. En 2015, las bodegas con sello alicantino vendieron a este país 380.888,5 litros (aproximadamente 507.000 botellas), que suponen un aumento del 21,05% en relación a 2014 y le sitúan en el tercer puesto del ránking entre los principales compradores de la provincia. De hecho, para este año 2016, el esfuerzo promocional se centrará en Estados Unidos, aumentando la selección de los productos, según el Consejo.
Las bodegas alicantinas llevan desde 2002 operando en este mercado. «Al principio hubo muchas oscilaciones. Fueron temporadas de chequeo del consumo del país. Una toma de contacto», añaden en la Denominación de Origen.
Pero las acciones promocionales, así como el esfuerzo por introducirse en los canales de distribución de las propias empresas dieron sus frutos. Y a partir de 2008, «el crecimiento ha sido constante», subrayan.
De forma paralela al tirón que supone la internacionalización de la gastronomía española en China, en EE UU han sido, igualmente, muchos reconocidos cocineros nacionales los que tienen presencia con restaurantes, bien en la Gran Manzana u otras grandes ciudades americanas. «Pero el avance del sector vitivinícola en EE UU se debe, igualmente, a que los vinos españoles y, en concreto, los alicantinos han ocupado puestos muy destacados en los catálogos o guías especializadas, como la Parker», inciden en el Consejo. Además, los precios de los caldos alicantinos en este país es superior (medio-alto) a la de otros mercados, dada el tradicional gusto por los buenos vinos de los consumidores americanos.
Por otra parte, en el balance de la comercialización de las bodegas, la proporción entre las ventas al mercado nacional o el exterior es de un 75% a 25%, respectivamente. Una relación que se pretende que comience a cambiar. El granel supone el 3% de las ventas totales.
