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El Sabadell ya financia al ladrillo tras el veto europeo

La entidad destinará 22 millones de euros para financiar una promoción 126 pisos en la Playa de San Juan

Primer crédito del Sabadell a promotores tras el veto europeo

Apenas un mes ha tardado el Banco Sabadell en conceder su primer crédito al sector inmobiliario tras finalizar el veto de Bruselas, que durante los últimos tres años le ha impedido otorgar nueva financiación para el ladrillo en los antiguos territorios de la CAM, es decir, en la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares. Una condición que impusieron las autoridades españolas y comunitarias para autorizar la absorción de la caja alicantina, que quebró, precisamente, por sus ruinosas inversiones en este negocio.

Según ha podido saber este diario, el banco ha llegado a un acuerdo con la promotora Espacio para financiar la nueva fase de la promoción que la compañía está desarrollando en la Playa de San Juan de Alicante, en la avenida de La Goleta. Una operación de unos 22 millones de euros, que comprende la construcción de 126 viviendas de tres y cuatro dormitorios con acabados de lujo, dirigidos a compradores de segmento alto.

La elección no es ni mucho menos casual. La propia filial inmobiliaria del Sabadell -Solvia- ha comercializado con mucho éxito varios proyectos en esta misma zona, por lo que conoce de primera mano la gran demanda que existe en estos momentos en el litoral norte de la ciudad de Alicante. Una demanda protagonizada por residentes del norte de Europa que buscan una vivienda para establecer su domicilio habitual en el entorno de la capital alicantina, y también por madrileños y otros turistas llegados del interior español dispuestos a adquirir una segunda residencia, una vez que consideran que los precios ya han tocado suelo.

Además, el proyecto también cumple con otra de las exigencias que los responsables del banco han marcado como auténtica línea roja para conceder nuevos créditos al sector: que la promotora ya sea dueña del suelo y que disponga de una parte de los recursos necesarios para sacar adelante la obra. Con esto tratan de evitar que se repitan los mismos errores que cometió la CAM durante los años de la burbuja, que se vio obligada a quedarse con millones de metros cuadrados de suelo cuando las promotoras -muchas de ellas creadas durante los años del «boom», al calor de los beneficios millonarios que produjo la especulación- dejaron de pagar sus créditos. Una factura que, a día de hoy, siguen pagando el Sabadell y todos los españoles, a través de las ayudas concedidas por el Fondo de Garantía de Depósitos para ayudarle a digerir estos activos.

El momento oportuno

Como reconocían los propios directivos de la entidad durante la presentación de resultados del año pasado, el fin del veto de Bruselas ha llegado en el momento más oportuno para que el banco pueda aprovechar la recuperación del sector constructor, que es especialmente significativa en la costa alicantina y la ciudad de Valencia. Así, por ejemplo, en el último ejercicio ya se iniciaron en la provincia más de 4.000 nuevas viviendas, un 48% más que en 2014, la cifra más elevada desde 2009, según datos del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos.

Ante estas cifras, la denominada territorial Este del Sabadell se ha marcado como objetivo conceder unos 250 millones de euros al sector inmobiliario sólo este año, un dinero que los promotores estaban esperando como agua de mayo ya que la desaparición de la antigua Caja Mediterráneo y las restricciones del resto de entidades habían reducido el crédito para el ladrillo hasta niveles irrisorios. Un recorte de la financiación que, según los empresarios, no coincidía con la realidad del mercado, al menos en Alicante, donde la demanda de los compradores extranjeros lleva ya casi tres años tirando al alza del mercado de la vivienda.

Equipo especial

La rapidez con la que el Sabadell ha logrado concretar esta primera operación tampoco es casual. En los últimos meses del año pasado la entidad ya creó un equipo especial dentro de la territorial para buscar proyectos e iniciar las posibles negociaciones con los promotores, de cara a la finalización de las restricciones impuestas por Bruselas. Un trabajo que ha dado como resultado este primer proyecto y que pronto podría materializarse en nuevo créditos.

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