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«Con mi edad nadie me da trabajo»

José Antonio, de 57 años y un lustro sin empleo, es uno de los 186.133 parados alicantinos

Varias personas esperando su turno, ayer, ante una de las oficinas de empleo en Alicante. INFORMACIÓN

Poco nuevo bajo el sol de la mañana en la cola del paro en un mes de enero tras finalizar la campaña navideña, salvo las vicisitudes que atraviesan jóvenes y mayores desempleados para poder salir adelante. Alicante ha arrancado el año con 186.133 parados, que representan 19.096 menos que un año antes, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo. No obstante, son 1.714 desocupados más que el mes anterior tras acabarse el trabajo temporal generado en la hostelería y el comercio en diciembre. El sector servicios registró en enero 2.520 parados más que en diciembre, mientras que la industria y la construcción cerraron con 585 y 467 menos, respectivamente.

Para 2016, algunos indicadores apuntan hacia una mejoría de la economía. Pero los alicantinos sin trabajo que acudían ayer a las oficinas del Servef a renovar la prestación o a solicitar el subsidio, insistían en que «todo sigue igual. ¿Dónde va un país con cuatro millones de parados? La solución va para tiempo», advierte Juan, de 49 años. Apenas lleva un mes en paro. «No había faena» en su empresa y no le han renovado el contrato, pero confía en volver a su compañía cuando repunte la demanda. Cerca, esperando su turno para solicitar la subvención de 420 euros se encuentra José Antonio. Tiene 57 años y lleva «cinco tirado», según sus propias palabras. Está «muy desengañado» de la evolución del mercado laboral, tras un lustro sin encontrar empleo desde que le despidieron de su compañía donde trabajaba como comercial para el sector de la hostelería y la alimentación. Llevaba 31 años cotizando y de la noche a la mañana se encontró sin trabajo y con una realidad tozuda: la falta de oportunidades laborales para los empleados más veteranos. «Con mi edad, nadie me da trabajo», reitera.

Asegura que ha echado currículo «por toda España y te dicen que de bagaje profesional, muy bien. Pero cuando llegan al renglón de la edad, te echan para atrás». A sus 57 años depende de la ayuda de su familia. José Antonio se ríe cuando se le pregunta por el crecimiento en España. «No confío en nada. Los de mi edad estamos fuera del mercado laboral. No hay política para este colectivo que sea efectiva. Se habla mucho de los jóvenes, pero los de mi edad -repite- somos los que mantenemos la economía», espeta.

Juan y José Antonio se encuentran dentro del grueso de parados con más de 45 años que la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre de 2015 -publicada en enero- cuantificaba en 81.600 en la provincia, de un total de 206.000.

Los problemas para los jóvenes

En el otro extremo de la larga lista del desempleo, se encuentran Ana y Abel. Dos jóvenes de 24 y 27 años, respectivamente. Ella lleva un año sin trabajo, y él cuatro meses y medio. Abel es mecánico de profesión y ella está estudiando un módulo para encontrarse un futuro laboral en el sector de la estética y peluquería. Ella le acompaña a su cita en el Servef, pero el que recibe la prestación contributiva es él. Son 700 euros que no les llega para poder tener piso propio ni vivir juntos. Como muchos jóvenes desde que empezó la crisis viven con su familia. «Cada uno en su casa porque era mucho coste». Ambos se encontrarían entre los 12.049 alicantinos menores de 25 años que están sin empleo.

Y Juan, de 39 años, también está en paro desde hace un año. Es español, aunque de origen colombiano. Ayer tenía cita en el Servef para pedir la ayuda de 426 euros y critica duramente las «trabas que ponen para obtener la ayuda». Igual que su mujer, no percibe que la economía haya mejorado. Y reconoce que al no tener el colchón económico que supone la familia para muchos desempleados españoles, «a nosotros nos cuenta el doble». Su mujer sí tiene trabajo. Cobra mil euros, de los que tienen que vivir la pareja y sus dos hijos.

Con todo, los que esperaban en la cola del paro para renovar o pedir la prestación, se encuentran dentro del 45,40% de parados alicantinos que perciben ayuda, ya que el 54,60% restante tiene que salir adelante sin prestación alguna, según alertan UGT y CC OO. Y otro dato que revelan los datos es que la precariedad que los sindicatos denuncian en el empleo, también existe en el desempleo. Además de los que no reciben ayudas, de los 83.723 alicantinos que en diciembre percibían prestaciones de paro, el 64,3% (53.836) ingresaba las mínimas (subsidio, Renta Activa de Inserción o Programa de Activación de Empleo, que varían entre los 300 o 420 euros mensuales). Sólo el 46,7% (29.887) del total de beneficiarios percibe la prestación contributiva derivada de su base de cotización laboral.

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