Bankia obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.040 millones en 2015, un 39,2 % más que un año antes, gracias a que mantuvo sus ingresos y redujo los gastos y las provisiones por la caída de la morosidad. La entidad también informó ayer de que cumplió los objetivos de su plan estratégico.

El resultado atribuido de BFA, su matriz, ascendió a 1.597 millones, casi cuatro veces más que un año antes, a pesar de que el conjunto del grupo ha dotado ahora 1.060 millones para cubrir los litigios por el debut bursátil, frente a los 780 millones de 2014. Una partida de 500 millones es para gastos de abogados. En las cuentas de Bankia, que son las que realmente reflejan la evolución del negocio, el margen de intereses fue de 2.740 millones, un 6,4 % menos, aunque si se excluye la aportación de los bonos de Sareb, el banco malo, el margen de intereses habría subido un 1,7%.

Los ingresos por comisiones se quedaron en 938 millones, un 1% menos que en 2014; así, los ingresos típicos bancarios (intereses y comisiones) se elevaron a 3.678 millones, si bien el margen bruto se redujo un 5,1 %, hasta 3.806 millones. Por su parte, los gastos de explotación cayeron un 4,7% en tasa interanual, hasta 1.511 millones. Gracias a que los ingresos se mantuvieron, pero la reducción de gastos fue mayor, la eficiencia de Bankia se mantuvo en el 43,6%, prácticamente igual que un año antes, y el resultado antes de provisiones o margen neto fue de 2.148 millones, un 5,2 % inferior. La rentabilidad sobre fondos propios pasó del 6,6 % de cierre de 2014 al 9% de diciembre de 2015, teniendo en cuenta las provisiones por la salida a bolsa, ya que sin ellas la mejora fue del 8,6 al 10,6%, por encima del 10 % previsto en el plan estratégico.

Por otra parte, la ratio de capital ordinario (CET1) ha subido 161 puntos en 2015, hasta el 13,89%, que anticipando a la fecha actual los futuros requerimientos de Basilea III, se sitúa en el 12,26%, 166 puntos básicos más. La morosidad ha pasado del del 12,9% de finales de 2014 al 10,8% en 2015.

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, prometió «seguir dejándose la piel» para devolver las ayudas públicas recibidas para sanear la entidad.