Aunque los años de crisis económica han supuesto un empobrecimiento generalizado de las condiciones laborales en la provincia, no todos los sectores se han visto afectados por igual. Quienes tienen la suerte de encontrar trabajo en la industria todavía suelen disfrutar de una situación algo más estable, cuentan con mejores sueldos y, sobre todo, tienen muchas menos posibilidades de verse obligados a aceptar uno de los empleos a tiempo parcial empleos a tiempo parcial que se han convertido en la norma en otros negocios, y que a duras penas permiten salir adelante a quienes los ocupan.
Así lo revela un informe elaborado por UGT, en el que se analiza la evolución de la contratación en el sector manufacturero de la provincia durante el último año. Y los datos son rotundos: mientras que en el conjunto de la economía alicantina hasta el 43,7% de los nuevos empleos fueron trabajos por horas o de media jornada, en el caso de la industria, aunque no es inmune a esta tendencia, de momento el porcentaje se limita al 23,8%.
Los sindicatos llevan desde el inicio de la crisis denunciando que la extensión de este tipo de contratos es una de las principales causas del aumento de la pobreza entre los trabajadores y que, con frecuencia, ocultan situaciones de explotación, ya que se obliga a los empleados a realizar muchas más horas de las que cobran, tal y como señala la autora del estudio, Yaissel Sánchez. Un fraude que también han detectado desde la propia Inspección de Trabajo, que este año va a reforzar los controles sobre este asunto.
En la misma línea, el porcentaje de contratación indefinida también es superior a la media en las fábricas, con casi un 11% de los nuevos empleos fijos -7.883 de un total de 72.327, hasta el mes de noviembre-, frente al 9% general. Una diferencia que se sustenta, en parte, en la utilización de los contratos fijos discontinuos, una figura que permite que sectores como el del turrón puedan dar estabilidad a sus empleados aunque sólo los ocupen durante unos meses al año y que, según Sánchez, debería extenderse a otras actividades.
A esto hay que sumar que el salario medio en la industria es un 15% más elevado que en los servicios, una distancia que aumenta aún más si se compara con los que se pagan en la hostelería o el negocio de los servicios personales.
Por todo ello, desde UGT insisten en la «necesidad de favorecer la creación y el mantenimiento del sector industrial» con planes consensuados con los agentes sociales, para paliar el abandono que sufrió esta actividad durante los años de la burbuja inmobiliaria.
En este sentido, el sindicato también recuerda que se trata de un sector con un uso mucho más intensivo en mano de obra, es decir, que crea más puestos de trabajo. Por ejemplo, mientras que el sector servicios creó casi 3.000 nuevas empresas en la provincia entre los años 2012 y 2015, el número total de trabajadores ocupados en esta actividad apenas varió y se mantuvo en el entorno de los 296.000. Mientras tanto, en la industria se crearon sólo 300 nuevas compañías pero se generaron hasta 9.867 puestos de trabajo. Un motivo más para apostar por la reindustrialización de la provincia.
