El año empieza con importantes novedades para miles de autónomos que hasta ahora tributaban mediante el sistema de estimación objetiva -los populares «módulos»- y que a partir de ahora deberán dejar de hacerlo y llevar al día la contabilidad de sus negocios. En concreto, las medidas contra el fraude aprobadas junto a la última reforma fiscal del Gobierno establecían la prohibición de continuar con este sistema para los trabajadores por cuenta propia de los sectores de la industria y la construcción, una limitación que entró en vigor el pasado 1 de enero y que, en el caso de la provincia de Alicante, supondrá cambios para unos 12.200 profesionales, de acuerdo con las estimaciones de la asociación UPTA-PV.
Entre los afectados están los fontaneros, los electricistas, escayolistas, instaladores de todo tipo o los autónomos del sector textil y, también, los talleres del sector metalmecánico, aunque no los de reparación de automóviles. Todos ellos deberán pagar el IRPF a partir de ahora mediante estimación directa, con lo que implica de aumento de cargas burocráticas y la obligación de tener una contabilidad actualizada y de guardar todas las facturas. Unos trámites que los módulos ahorraban al determinar un pago fijo trimestral en función de determinadas variables, como el número de metros del local, la cifra de trabajadores o el consumo de luz, con independencia de las ventas reales.
En el caso de la industria sólo se libran los establecimientos de producción de pan y también podrán seguir con este sistema el comercio, la hostelería o el transporte, como hasta ahora, siempre que sus ingresos no superen los 250.000 euros o no emitan más de 125.000 euros en facturas a otras empresas -sí pueden hacerlo si facturan esta cantidad a particulares-.
En manos del gestor
Además del aumento de dolores de cabeza, la principal consecuencia práctica de la decisión será que estos autónomos se verán casi obligados a pasar por las manos de los gestores para poder llevar al día sus impuestos, con el aumento de gastos que ello conlleva. Aunque los precios varían mucho, según las fuentes consultadas, la horquilla habitual va desde un mínimo de unos 40 euros mensuales hasta más de 100, o, incluso, 150 euros.
No obstante, no todo son desventajas, según el secretario general de UPTA-PV, Javier Pastor. «Al principio va a suponer un fastidio para la gente que estaba acostumbrada a los módulos pero nosotros ya hace tiempo que aconsejamos a los nuevos autónomos el sistema de estimación directa, porque es más justo», explica Pastor. «Hay que tener en cuenta que con los módulos pagas siempre la misma cantidad, aunque tengas pérdidas, y que las tarifas están basadas en datos del año 2007 cuando ahora la situación económica es muy distinta. Vale la pena llevar la contabilidad», asegura el experto, quien cree que el problema es la falta de formación en la materia de muchos de los trabajadores por cuenta propia.
En toda España, UPTA calcula que serán unos 200.000 autónomos del sector de la construcción y 90.000 de la rama industrial los que se han visto obligados a cambiar su fórmula de tributación, que en Alicante serían 8.700 y 3.500, respectivamente.
Facturas falsas
El objetivo de la medida del Gobierno es atajar el fraude, sobre todo el referente a la emisión de facturas falsas para reducir el pago de impuestos. En concreto, lo que se quiere evitar es la práctica que llevan a cabo algunas compañías, que «compran» facturas a algunos autónomos que tributan por módulos declarando servicios que, en realidad, no han recibido. La compañía reduce así, ficticiamente, sus beneficios anuales y paga menos a Hacienda y al autónomo no le influye en sus tributos son los mismos con independencia de la cifra real de ventas.
