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Zasca en toda la economía

Es la economía real la que dicta los destinos, no la financiarizada y bancarizada de la que se habla

La palabra de moda. Con un zasca se han quedado los analistas económicos que el año pasado, ayer casi, predecían el futuro para 2016. Pues la primera en la frente.

Y es que torear de salón es muy bonito pero poco útil, más que nada porque no se conoce la realidad. Es lo que le pasa a estos tertulianos que se pasean de medio en medio dictando sus sesudas reflexiones. País éste que se mueve a ritmo de tertulia. Economistas de moda que nacieron contando los orígenes de la crisis en un leguaje para tontos, y ahora que ya no hay crisis -lo han dicho ellos- no saben explicar lo que está pasando. Porque si después de casi una década de tipos de interés al 0% va la Fed y sube un cuartillo ¿Todo se hunde? Vamos anda. Lo que pasa es que hay que reconocer que la economía real es la que siempre dicta los destinos, en lugar de la economía financiarizada y bancarizada que es de la que se habla. Y para hablar de economía real hay que estar ahí, porque hablar de la crisis china si lo único que se conoce de la cultura china es la tienda del barrio no funciona.

La economía la mueven las personas. Con esto no me dan el Nobel, pero les voy a poner un ejemplo. Les vaticino que la crisis china no va a ir a más porque la propia manera de ser del pueblo chino rema a favor. Miren, un chino es un persona que nunca dice que no. Los occidentales les hacemos preguntas del tipo «¿Lo entiendes?», «¿Todo claro?» o «¿Hay algún problema?» y esperamos que nos respondan. Antes muertos que reconocer a un westener que la cosa no funciona. Ya se las maravillarán para que el mundo entero no les señale con el dedo.

Los chinos no se visten con ropas con las que se vean bien en el espejo, sino por lo que los demás van a decir de ellos cuando se las pongan. Son vanidosos. Y ahora que han conseguido ser la primera potencia económica del mundo (en términos de economía productiva) no se van a dejar pasar por los japoneses. Desde 1895 en el Tratado de Shimonoseki no han estado por delante de ellos. Alguno de los analistas de moqueta dice que «la crisis china tiene visos de convertirse en una crisis como la japonesa».

Pobre, no sabe que cualquiera de los mil quinientos millones de chinos haría lo que fuera por no parecerse en nada a un japonés.

El chino es muy orgulloso. Le encanta sentirse con el poder. Y lo tienen. Saben que si hacen caer el yuan con tal de favorecer sus exportaciones arman un carajal de mil demonios. Por eso amagan para que más de uno vaya a su casa a cambiarse de pantalones. Además son los mayores compradores de materias primas del mundo, y el que paga manda. Pero no panic, que cuando se habla de dinero los chinos son los más prudentes del mundo -la bolsa de Shanghái es una prueba- y en un comunicado del viernes ya dijeron que «el Banco Popular de China mantendrá una política monetaria prudente».

Les he expuesto un análisis supermegamacroeconómico únicamente basado en los comportamientos de las personas, pero es que la economía real es la suma de todos los comportamientos de los que vivimos en una sociedad, y la economía real al final es la que manda siempre. No busquen más ratios señores analistas, observen a las personas.

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