La contracción de la actividad industrial en China -que obligó a cerrar los mercados de valores de este país para evitar su desplome- y la caída de Wall Street arrastraron ayer a la Bolsa española, que perdió un 2,42% en lo que supone su peor arranque del año desde 1997. En concreto, el selectivo español se dejó 231 puntos en la sesión, hasta cerrar en 9.313,2, un nivel desconocido desde septiembre.

Las bajadas fueron generalizadas en todo el continente, con Fráncfort a la cabeza, que retrocedió un 4,28%, por el descenso de las compañías exportadoras y de materias primas, las más afectadas por los síntomas de desaceleración en China. En este sentido, Pekín publicó ayer su indicador de compras industriales, que reflejó un nuevo descenso por décimo mes consecutivo e inmediatamente hizo caer a los mercados del país hasta que las autoridades decidieron cerrarlos en aplicación de la nueva normativa que prevé esta medida si el descenso supera el 7%.