Los contribuyentes empezarán el nuevo año con más dinero en el bolsillo. Y es que el 1 de enero entra en vigor la última fase de la reforma fiscal, que supondrá una rebaja en las retenciones que se aplican a las nóminas de entre el 2% y el 3%. Ahora bien, en euros contantes y sonantes, para el común de los ciudadanos de a pie, eso se traducirá en un ahorro que oscilará entre los 0,71 euros para el caso de una persona soltera, sin cargas familiares, y con un salario bruto anual de 13.000 euros, a los 5,64 a los que se llegaría en ese mismo supuesto si el salario neto alcanzara los 25.000 euros al año. Así se desprende de los datos que manejan en estos momentos desde el Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Economistas. A partir de ahí, a más salario, como es lógico, más ahorro. No obstante, como alerta el presidente del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues, el 83% de las declaraciones de IRPF que se presentan en España son por rentas de hasta 30.000 euros, con lo que para ocho de cada diez españoles esa rebaja apenas supondrá un puñado de euros al mes.
La medida llega después de que el Gobierno de Rajoy, hoy en funciones, adelantara la segunda fase de la reforma fiscal al pasado mes de julio. Eso hizo que en ese momento ya se notara una ligera bajada, de medio punto, aunque no se tocó el tramo autonómico, que es el que rebaja ahora para igualarlo a la estatal, y que es lo que implica este nuevo ahorro, explica el secretario técnico de Reaf-Regaf, Luis del Amo. En esta línea, incide en que «es lógico que se haya puesto en marcha esta reforma fiscal, porque se había producido una subida importante, y ahora lo que se hace es volver a unos niveles más razonables en cuanto a la tarifa».
Ahora bien, el presidente del Colegio de Economistas de Alicante, que también coincide en este punto, hace una advertencia muy clara: sí, va a haber una rebaja generalizada en las retenciones, aunque eso no significa que todos los contribuyentes vayan a acabar el año 2016 con más dinero en los bolsillos. La explicación, como apostilla, es sencilla: se han eliminado deducciones con las últimas reformas y eso implica que, al final, si se tira de calculadora, lo que se gana por un lado se acabe perdiendo por otro.
No menos críticos se muestran desde el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda Gestha. Sin ir más lejos, su secretario general, José María Mollinedo, se queja de que falta progresividad tributaria. De hecho, sostiene que las últimas reformas fiscales, de un modo o de otro, han propiciado que las grandes rentas sean más las beneficiadas. Alerta de eso, y de las dudas que se le plantean a Gestha en cuanto al cumplimiento del objetivo de déficit. «No se ha explicado cómo se van a cumplir los objetivos de déficit, porque la reforma fiscal supone que el Estado ingresará 6.00 millones de euros menos», comenta, para acto seguido, añadir que «nos tememos que se van a dejar sin ejecutar las partidas de gasto más sensibles, como las de educación, investigación o protección del medio ambiente».
