Necesita mejorar. Esa sería la calificación que recibiría en estos momentos el nivel de formación de los trabajadores alicantinos tras una década en la que se han producido avances notables -sobre todo en el número de titulados universitarios- pero que han resultado claramente insuficientes para alcanzar la media nacional. La masa laboral de la provincia todavía está formada por un volumen superior al que se da en otros territorios del Estado de profesionales con escasa cualificación y, por el contrario, cuenta con menos trabajadores con estudios superiores. Una realidad que puede influir, y mucho, en el desarrollo futuro de la zona.

Así lo refleja el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca) en el Balance socioeconómico 2003-2013 que ha realizado de la provincia y en el que destaca la necesidad de «redoblar los esfuerzos e inversiones en la mejora de la capacitación» de la mano de obra de la demarcación. No en vano, para el «lobby» empresarial «el futuro de cualquier sociedad pasa por potenciar y desarrollar su capital humano más que en explotar una serie de recursos naturales» que son «escasos y no renovables».

En este sentido, el estudio no oculta el importantísimo progreso que se ha realizado durante los años analizados, sobre todo en los dos extremos del arco educativo, con la reducción del analfabetismo y la potenciación de los estudios universitarios. Así, el número de alicantinos en edad de trabajar que ni siquiera saben leer o escribir se ha reducido en más de un 40% entre 2003 y 2013, al pasar de 57.098 a 34.505. El problema es que siguen representando un porcentaje de la población, el 2,8%, superior al que se da en el conjunto de la autonomía (2,3%) y del país (2,4%).

Una realidad que muchos ignoran y que, según el coordinador del estudio, Joaquín Melgarejo, se debe a la llegada de ciudadanos sin ningún tipo de formación de países africanos y sudamericanos.

Algo similar, pero a la inversa, ha sucedido con los titulados superiores. La cifra de diplomados y licenciados universitarios prácticamente se ha duplicado en este periodo, al concluir 2013 con 128.508 frente a los 64.647 que se contabilizaban una década antes. Esto significa que cada año se han incorporado al mercado laboral de la provincia nada menos que 6.386 universitarios pero, aún así, seguimos por debajo de las ratios nacionales.

En todo el país, los trabajadores con formación superior suponen el 13,3% de la masa laboral cuando en Alicante, a pesar de todos estos avances, aun suponen únicamente el 10,4% de la población activa. O, dicho de otro modo, que la tasa de universitarios de la provincia aún está un 21% por debajo de la media.

Estudios medios

Sin embargo, más allá de lo que ocurre en estos extremos, las «deficiencias» del capital humano de Alicante también se observan en los niveles medios de cualificación, donde se concentra el grueso de los trabajadores. Si, como se apuntaba, los universitarios están infrarrepresentados en la población activa de la provincia, Alicante presenta un porcentaje mayor que la media en los grupos de trabajadores «sin estudios o con estudios primarios» -el 34,1% del total- y también entre los que sólo tienen «bachiller elemental», el equivalente a la ESO en la actualidad, que son los más numerosos, con el 38,3%.

Todo ello en detrimento de los que han finalizado el bachillerato superior o los que tienen FP de segundo o tercer grado, a los que se puede considerar mano de obra cualificada. «En definitiva -señala el estudio de Ineca-, que buena parte del incremento de población se ha configurado con personas de escasa formación».

Un problema en el que, sin duda, tuvo mucho que ver el abandono escolar temprano que provocó la enorme demanda de mano de obra que se produjo en la construcción en los años del «boom», aunque el informe no entra en esta cuestión. Lo que sí se pone de relieve en el documento de resumen del estudio es la reducción de los recursos destinados a la formación de los desempleados -cayeron de 156 a 67 a partir de 2011- lo que «limita extraordinariamente sus oportunidades de recualificación».

Peor en la industria

En cuanto al desglose por sectores, Ineca destaca la pérdida de capital humano que se ha producido en este tiempo en la agricultura y la construcción, medida en términos de ocupados con estudios superiores. Pero, sobre todo, destaca la situación de la industria donde, a pesar de los avances en esta década, la tasa de trabajadores universitarios se aleja mucho más que en el resto de actividades de la media nacional. Una situación que, a su juicio, debe revertirse.

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