Tressis acaba de cambiar de instalaciones en Alicante y, además, se han fijado como objetivo incrementar su volumen de negocio en un 30% de cara al próximo año. ¿Qué tiene esta provincia para un sector como el de las sociedades de valores?
Tiene mucha gente que necesita asesoramiento. En España en general y en Alicante en particular, hay un déficit en cuanto a atención personalizada en la gestión del patrimonio de los ahorradores e inversores. Tressis lleva ya doce años en Alicante. Estamos en catorce provincias, y Alicante es de las primeras a la que llegamos, y hay mucha gente en Alicante que nos transmite ese interés por la atención personalizada.
¿Cuál es el perfil de los inversores en Alicante?
En general, en España el ahorrador es muy conservador, y en Alicante es menos conservador que en otros puntos, pero también es conservador. En Alicante, se dejan llevar más por la diversificación y por inversiones en activos con algo más de riesgo o en renta fija privada a más largo plazo. Se deja llevar más por nuestro estilo. En España siempre nos hemos mirado mucho el ombligo, y, desde Tressis, siempre hemos defendido la diversificación y las inversiones en cualquier parte del mundo. De lo que se trata es de que el ahorrador vea posibilidad de sacar más rentabilidad con menos riesgo.
¿Y cómo se puede arañar cuota de mercado en un país que siempre ha encontrado asesoramiento gratuito en la banca tradicional?
Precisamente ése es uno de los aspectos por los que más hemos crecido. El inversor se está dando cuenta, aunque aún falta mucha gente, de que en la banca tradicional hay un permanente conflicto de intereses, y ha habido episodios como los de las preferentes o la deuda subordinada. El ahorrador poco a poco se va dando cuenta de que, muchas veces, cuando le ofrecen un producto en la banca tradicional, le están intentando colocar lo que a esa entidad le interesa, y que eso puede poner en peligro sus ahorros. Por tanto, lo que busca una sociedad de valores es evitar ese conflicto de intereses. A ello, además, se suma que el 25% de las oficinas y un 25% de puestos de trabajo han desaparecido en la banca tradicional en los últimos años. Ya no están la CAM, Banco de Valencia o Bancaja. Para muchos, su caja de siempre ya no existe. Han desparecido marcas y, con ellas, la sensación de pertenencia que tenían muchos ahorradores. Ahora el inversor se encuentra huérfano, y busca alternativas, y asesoramiento e información del mercado y de los productos.
¿Cuál es el capital mínimo a partir del cual puede trabajar una sociedad de valores?
No tenemos un mínimo de inversión, porque hay muchas formas de gestionar el ahorro. Otra cosa es que sí haya servicios para los que se piden unas cantidades mínimas, pero por una cuestión de rentabilidad para el cliente.
Y, por la experiencia que tienen, ¿cuál es el patrimonio medio de los clientes de una sociedad de valores?
Nuestro cliente medio tiene un patrimonio de casi 400.000 euros, pero hay otras formas de gestionar carteras más pequeñas. De hecho, ése es el patrimonio medio, pero hay ahorradores que tienen 30.000 euros y otros que tienen 10 millones de euros. Las sociedades de valores no sólo son para grandes patrimonios. De hecho, en Tressis tratamos de ser muy didácticos y organizamos charlas para informar a los clientes, y tratamos de ofrecer la máxima transparencia para que los inversores tengan toda la información.
Con la caída de la rentabilidad de los depósitos, ¿han cambiado las tendencias en cuanto a las inversiones?
En España en general, y en Alicante también, el 45% del dinero de las familias se invierte en depósitos, a pesar de que la rentabilidad en estos momentos es cero. Eso, no obstante, obliga a buscar otras alternativas. Si a eso se suma el dinero invertido en deuda pública, que está también a cero e incluso en negativo, el resultado es que el 70% del ahorro de las familias está en activos sin riesgos y sin rentabilidad. No obstante, en nuestro caso, ese porcentaje cae a algo más del 30%. Nosotros invertimos en fondos de inversión, en renta fija a corto plazo o en otros productos alternativos. Por ejemplo, invertimos el 50% en Bolsa, pero no sólo en el Ibex, también en bolsas europeas o en empresas de pequeña capitalización, o en sectores que se pueden beneficiar de la caída del petróleo. Somos muy selectivos y nos gusta mucho diversificar, y eso hace que un inversor medio pueda obtener una rentabilidad del 6%.
¿Qué escenario se puede abrir una vez conocido el resultado de las elecciones de hoy?
El factor elecciones es muy cortoplacista, aunque ésta ha sido un año muy malo, porque había elecciones municipales y autonómicas, y existía el miedo a que ganaran los antieuro y los antiausteridad. Eso no gusta a los inversores. Ahora, con un escenario en el que los partidos antisistema han modulado su discurso y en el que parece que han perdido fuerza, se ha quitado tensión a los inversores internacionales, aunque habrá que ver qué pasa.
¿Cómo se presenta 2016?
Si se mantiene la tendencia, 2016 será bueno. Ya se está creando empleo, y eso es lo importante. Primero hay que crear empleo, y luego ya hablaremos de calidad. Habrá que ver qué pasa con el crecimiento en países como China o Francia, y también de qué manera influye el cambio en la política monetaria de EE UU, porque eso puede hacer que mucho dinero se repatrie a EE UU. Luego, la tendencia es a seguir creciendo también desde el punto de vista del consumo, porque hay un desapalancamiento y la bajada del precio del petróleo hace que tengamos más dinero en el bolsillo. Todo eso hace que las previsiones apunten a que la primera parte de 2016 será buena, y eso se puede trasladar a la Bolsa.
El martes es el sorteo de la Lotería de Navidad. ¿Qué es lo primero que deben hacer los afortunados?
Si a uno le toca la Lotería, lo primero que debe hacer es dejarse asesorar y huir de las recomendaciones de amigos. A partir de ahí, hay que analizar las necesidades, los objetivos, si tiene hijos o hipotecas, y hacer una cartera a su medida, pero sin tener prisa. Hay mucha gente que se hace millonaria en euros y al cabo de cinco años está igual o peor porque pierde mucho en inversiones al creer que ese dinero va a durar eternamente.
