El Sabadell continúa con la limpieza de los activos inmobiliarios que heredó de la CAM y, en esta ocasión, se acaba de desprender de uno de los más polémicos, el Eco Resort San Blas de Tenerife. Se trata de un hotel de cinco estrellas que formó parte de Valfensal, el grupo que la caja alicantina creó junto a los empresarios benidormenses Juan Ferri y José Baldó y que está siendo investigado por la Audiencia Nacional por múltiples irregularidades.
Aunque el banco catalán hace ya más de dos años que se salió del accionariado de Valfensal -tras conseguir que Ferri y Baldó aceptaran comprar la participación del 30% que recibió de la CAM-, todavía conservaba la propiedad de este establecimiento, que se quedó a cambio de asumir la deuda de más de 60 millones de euros que arrastraba. La gestión, no obstante, siguió en manos de los hoteleros de Benidorm, que lo integraron en su cadena Sandos.
Ahora el Sabadell lo ha colocado por 36,75 millones de euros y libre de cargas a Hispania, una sociedad cotizada de inversión inmobiliaria que gestiona la consultora Azora y que cuenta entre sus principales accionistas con los multimillonarios George Soros y John Paulson, entre otros muchos. Así lo comunicó ayer la propia Hispania a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, dentro de una nota en la que también anunció la adquisición de tres edificios de oficinas en Madrid y Barcelona por 40,8 millones.
Perseguido por la polémica
La historia de este hotel de lujo se fraguó en plena burbuja inmobiliaria, en el año 2005, cuando los responsables de la CAM se aliaron con el grupo Aqa, de la andorrana Banca Mora, para construir un resort de lujo en Tenerife como los que ya promovía en el Caribe mexicano. El problema es que la gestión del recinto dejó mucho que desear -ninguno de los socios tenía experiencia en el sector- y pronto hubo que inyectar más capital y ampliar los créditos. Al final la caja se hizo cargo de todo el proyecto a cambio de asumir los más de 60 millones de deuda que arrastraba.
La CAM decidió entonces tirar de sus socios en el Caribe, los citados Juan Ferri y José Baldó, para que gestionaran el complejo y lo reflotaran, y para convencerlos les ofreció la mitad del accionariado por el precio simbólico de un euro. Una operación que el FROB, cuando intervino la entidad, consideró demasiado generosa teniendo en cuenta que la caja había invertido ya alrededor 32 millones en el hotel.
Por eso la denunció a la Fiscalía Anticorrupción junto a otras supuestas irregularidades que detectó en las operaciones entre el grupo Valfensal y la CAM, como el desvío de fondos al paraíso fiscal de Curaçao.
Las investigaciones posteriores condujeron a la detención por estos hechos del exdirector general de la caja Roberto López Abad, del responsable de participaciones inmobiliarias de la entidad, Daniel Gil, y de Ferri y Baldó, todos ellos en libertad bajo fianza actualmente. A pesar de todo ello, a día de hoy los hoteleros de Benidorm siguen gestionando el establecimiento a través de un contrato de arrendamiento.
