Los consumidores de la Comunidad Valenciana apenas se han visto beneficiados por el acusado descenso que ha experimentado el precio del barril de petróleo Brent desde que alcanzara su máximo histórico a mediados de 2008, cuando la crisis se estaba extendiendo sin pasión por todas las economías del planeta, incluida, obviamente, la española. En julio de 2008, el precio del crudo alcanzó un registro de 133 dólares por barril. El pasado mes de octubre el valor había descendido a 48 dólares, es decir un 64% menos que siete años antes.
Sin embargo, la bajada de los carburantes ha sido infinitamente mucho menor en ese mismo período de tiempo en la autonomía. Así, la gasolina de 95 octanos ha pasado de 1,251 euros en julio de 2008 a 1,162 al cierre de octubre de 2015, es decir, solo un 7,2% menos. Dicho de otro modo, este carburante ha bajado nueve veces menos de lo que lo ha hecho el crudo. Por su parte, el gasóleo ha experimentado un descenso superior en la autonomía, concretamente, del 18,3%, al disminuir de 1,294 euros a 1,058.
Lo narrado corresponde a los últimos datos oficiales con que cuenta el Ministerio de Industria y la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), pertenecientes al mes de octubre. No obstante, el precio de crudo Brent, que está cotizando en mínimos en los últimos días, había descendido ayer a 38 dólares por barril, lo que supone un 20,9% menos respecto al mes de octubre. De esta forma, la bajada acumulada desde el máximo de julio de 2008 asciende a un 71,5%.
Los citados organismos públicos no disponían ayer de una media del coste de las gasolinas y el gasóleo en la Comunidad Valenciana correspondientes a esa misma jornada que pueda compararse con la última cotización del crudo para determinar la evolución de los últimos dos meses y desde 2008. No obstante, cabe señalar que el Ministerio de Industria sí tiene actualizados en su Geoportal de Hidrocarburos los precios máximos y mínimos que cobran las estaciones de servicio.
El abogado de la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana, Francisco Rodríguez, lamentó que, «cuando el petróleo sube, se aplica rápidamente el aumento a las gasolinas, pero no sucede lo mismo cuando baja». No obstante, no hay que olvidar que una parte sustancial del coste de los carburantes -un 52%, según datos de la CNMC- corresponde a impuestos, cuya evolución no depende de la cotización del crudo, sino de la decisión del Gobierno, que incluso ha elevado su fiscalidad.
