La firma neoyorquina Pfizer confirmó ayer que se fusionará con la irlandesa Allergan en la mayor operación financiera anunciada este año y que intensifica el debate sobre las maniobras corporativas para evitar pagar impuestos en Estados Unidos. La operación alcanza los 160.000 millones de dólares y permitirá a Pfizer controlar el 56% de los títulos del grupo que surja de la operación, mientras que los titulares de Allergan se quedarán con el 44% restante. Pero también permitirá a Pfizer convertirse en una firma global con sede corporativa en Irlanda, aunque seguirá manteniendo en Nueva York su centro de operaciones.

Al dar cuenta de la operación en un comunicado conjunto fechado en Nueva York y en Dublín, Pfizer y Allegan anunciaron que la tasa fiscal que tendrá la empresa combinada en el primer año después de que quede completada la operación estará entre el 17 y el 18%. Esa suma está por debajo del 25% que se calcula que tiene ahora Pfizer, cuyo principal directivo se quejó recientemente de las «tremendas desventajas» fiscales de las firmas americanas.