Los tres catedráticos de la Universidad Carlos III de Madrid fichados por el expresidente de Bankia Rodrigo Rato aseguraron ayer que las cuentas de la entidad, tanto las de su salida a bolsa como las de su constitución y las posteriores, reflejaron escrupulosamente su imagen fiel. Tanto es así que, en opinión de Juan Manuel García Lara, Miguel Ángel Tapia y Juan Zornoza, las últimas cuentas de Rato, que dieron unos beneficios de 309 millones, no debieron ser reformuladas después por su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, cuando esa cifra se tradujo en unas pérdidas de 2.979 millones.

No obstante, aunque no era necesaria, esa reformulación no supone ningún reproche ni contraviene ninguna norma contable, han explicado los profesores a preguntas del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.

Según indican fuentes jurídicas, los tres profesores designados por la Universidad Carlos III han reiterado que, en el momento en que se presentaron esos estados financieros, recogían escrupulosamente la situación de la entidad.

Lo que no han evaluado es si los 22.000 millones de rescate que terminó recibiendo la entidad tras la salida de Rato fueron excesivos ya que, han alegado, no era objeto de su pericia, delimitada exclusivamente a analizar las cuentas de Bankia.

En contra de lo mantenido por los dos peritos designados por el Banco de España, que pusieron en tela de juicio el debut bursátil del banco, incluyendo sus estados financieros, los tres catedráticos consideran que expresaban la verdadera situación de Bankia. Si los expertos judiciales llegaron a esa conclusión, es porque aplicaron un «inadmisible» sesgo restrospectivo, ya que redactaron su informe pericial conociendo el desenlace de la crisis de Bankia y sin tener en cuenta todos los acontecimientos económicos que se desencadenaron en la primavera de 2012, según la fuente.