El Servicio de Estudios del BBVA (BBVA Research) ha publicado un informe en el que sobre la Comunidad Valenciana estima que crecerá un 3,5% para 2015, mientras que para 2016 la subida será del 2,6%, informa Europa Press. El análisis avisa de que el crecimiento de la economía se está desacelerando en todas las comunidades autónomas en el segundo semestre del año. Pese a esta desaceleración, BBVA Research no ha variado sus previsiones económicas para el conjunto del país y espera que el PIB crezca un 3,2% en 2015 y un 2,7% en 2016, apoyado en el dinamismo de la demanda interna, pero también en las exportaciones.

Los resultados de los distintos modelos regionales reflejan que esta moderación del crecimiento en la parte final de 2015 es "algo más relevante" en el arco mediterráneo y en el sur, mientras que Baleares, Madrid y La Rioja son las comunidades que están mostrando una mayor resistencia a la desaceleración. En el plano interno, el informe advierte de que "España puede terminar incumpliendo el objetivo de déficit este año, y en particular, las comunidades mediterráneas pueden continuar destacando por sus elevados niveles de déficit". Agrega, además, que el objetivo para 2016 (el -0,3% del PIB) vuelve a ser ambicioso y, como consecuencia de las distintas medidas de facilidad financiera, la carga de intereses ya es muy reducida en la mayoría de las comunidades. En este punto, dice que "sólo Andalucía, La Rioja y Navarra, Extremadura y Galicia tiene margen para realizar una parte del ajuste pendiente mediante un abaratamiento de la deuda, mientras que en el resto, la situación es más compleja".

En particular, la Comunidad Valenciana, Murcia, Asturias, Cantabria y Castilla-La Mancha se enfrentan al reto de disminuir el gasto sin prácticamente margen de reducción de la carga de intereses. Ello implica, por tanto, un margen menor para ejercer políticas expansivas y una mayor probabilidad de incumplir el déficit de 2016. De cara al próximo curso, el escenario de BBVA Research contempla que la economía continúe con tasas de crecimiento trimestral de entre el 2% y el 3% anualizado, algo menores que en trimestres precedentes por la ralentización de la demanda mundial, el agotamiento de algunos factores cíclicos o el aumento de la incertidumbre, en parte ligado al ciclo electoral español. En este sentido, la entidad explica que el crecimiento externo será algo "más débil" que lo que se esperaba hace tres meses, sobre todo en los países emergentes, mientras que la UEM crecerá en 2016 un 1,8%, es decir, tres décimas más que en 2015, pero una décima menos de lo considerado en el anterior observatorio. Esta desaceleración exterior, explica la entidad, puede afectar negativamente a las perspectivas de algunas comunidades con una mayor exposición a Europa.

Sin embargo, también hay otras cuestiones que contrarrestan este efecto, como la incertidumbre sobre la consecución del objetivo de inflación, que ha llevado al Banco Central Europeo (BCE) a anunciar su intención de implementar medidas adicionales que permitan un mayor crecimiento de la demanda interna y el aumento de las expectativas de incremento en precios. Esta política hará que el euro se deprecie un 4% más en promedio de lo que se preveía hace tres meses, lo que, según BBVA, "indudablemente" supondrá un soporte para las exportaciones de bienes. Este efecto compensatorio puede ser más relevante para aquellas comunidades cuyo esfuerzo de diversificación geográfica haya sido mayor.

Por otro lado, la previsión actual contempla una disminución adicional en el precio del petróleo, que impulsa el crecimiento de los países importadores como España. Esta caída permite compensar los efectos del aumento del coste energético por la depreciación del euro y apoyar una mejora de la competitividad de las empresas exportadoras. Según BBVA Research, el impacto sería mayor en Canarias, Cantabria, País Vasco y Navarra, y menor en Asturias, Extremadura o La Rioja.

Finalmente, la aceleración de la economía europea, combinada con un descenso del precio del transporte y una depreciación del euro que encarece relativamente a los mercados competidores, supondría un nuevo empuje para el turismo exterior. De hecho, en un escenario en el que Alemania y Francia se aceleran, mientras que Reino Unido hace lo contrario, es previsible que Baleares y Cataluña puedan verse más beneficiadas que, por ejemplo, Canarias, para la que el principal mercado de origen es el británico.