Moisés Jiménez podría tener las horas contadas al frente de Coepa. La unidad de la que tanto había alardeado para tratar de hacer frente a los sectores críticos empieza a hacer aguas también de puertas hacia afuera. La ruptura ya había empezado a escenificarse desde hace tiempo. Ahora ya es un hecho: Coepa se ha partido, hasta el punto de que parte de su junta directiva ha empezado a mover ficha para forzar la marcha de Moisés Jiménez, en un intento desesperado de poder salvar a Coepa. La situación ha llegado a tal punto que, después de las idas y venidas de este fin de semana, son muchos los que ya lo dan por amortizado como presidente de la patronal y creen que su salida sólo es cuestión de días, aunque aún conserve a un puñado de adeptos, que no han ocultado su apoyo por las redes sociales.
El malestar se venía amasando desde hace tiempo. Incluso hace unos días se contrató a un gabinete de comunicación para perfilar una estrategia definida. Ni por esas. Moisés Jiménez optó por enarbolar la bandera del alicantinismo más duro y por entrar en una confrontación permanente con el Consell, y eso lo ha precipitado todo. No ha gustado nada que haya cargado las tintas contra la Generalitat y, para tratar de escaquearse de cualquier tipo de responsabilidad, incluso haya dicho que la agónica situación en la que se encuentra la patronal no es más que la primera consecuencia del intento de Puig de acabar con las provincias. Peor aún ha caído la amenaza de llevar a los tribunales al Gobierno valenciano tras la demanda de embargo por la deuda que se arrastra por el centro de oficios, bajo el argumento de que la Generalitat no ha cumplido con sus compromisos y ha cerrado el grifo de las ayudas públicas.
De momento, Coepa ha convocado esta tarde de urgencia a su junta directiva y a su comité ejecutivo, siete días después de que se celebrara la última reunión para pedir el preconcurso de acreedores. La idea es que hoy se pueda consensuar una hoja de ruta que, en cualquier caso, para los más, sólo puede pasar por negociar con el Consell para evitar la liquidación de la confederación empresarial, y, además, negociar sin Moisés Jiménez. Sea como sea, y, salvo que se cambie el paso a última hora, la idea es posponer su salida unos días, para que su marcha no interfiera de ninguna de las maneras en el foro empresarial que organiza la Diputación el jueves en la OAMI, y al que está previsto que asista el ministro de Asuntos Exteriores y candidato del PP por Alicante, José Manuel García-Margallo. Así las cosas, y, pasada esta cita, los acontecimientos se podría precipitar a partir del viernes o, a más tardar, la próxima semana.
Otra cosa es quién podría hacerse cargo de la patronal si se consuma esta dimisión forzada. Con los estatutos en la mano, tendría que ser el vicepresidente primero de Coepa y presidente de la Asociación de la Empresa Familia de Alicante, Francisco Gómez, que se haría cargo hasta que se convocaran elecciones. También hay un sector del empresariado que, entre otros, ve en el consejero delegado de Vectalia, Antonio Arias, a la persona que debería asumir las riendas en una coyuntura tan complicada como la actual. Otra cosa es que uno u otro acaben por aceptar. Y es que, al fin y al cabo, a nadie escapa que la situación es agónica y que quien salte a la primera fila podría acabar quemándose más pronto que tarde.
