La Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) es consciente de la posición que ocupa no sólo entre las patronales de la Comunidad Valenciana, sino incluso entre las asociaciones territoriales integradas en el Instituto de la Empresa Familiar. Tanto es así que Francisco Gómez así lo resaltó ayer en el discurso que ofreció tras ser reelegido como presidente de AEFA, en el que, con los estatutos en la mano, es su segundo y último mandato. Fue en este contexto en el que puso el foco en esa posición que ocupa su organización y en el reconocimiento constante que se le hace saber por parte de instituciones, el tejido empresarial e incluso desde determinados sectores de la sociedad. Sin embargo, este mismo reconocimiento también lleva aparejada una gran responsabilidad, que ha llevado a esta organización a marcarse dos objetivos muy claros: de un lado, convertirse en un foco de opinión, especialmente en temas de calado económico y empresarial; y, de otro, utilizar a la Asociación de la Empresa Familiar para acabar con la división y los enfrentamientos entre patronales y, con ello, tener más fuerza a la hora de hacer oír la voz de la provincia en la Comunidad Valenciana y en España.
Tras la asamblea celebrada en el Meliá de Alicante, y en la que se respaldó por unanimidad la única candidatura presentada, la encabezada por Francisco Gómez, el dirigente empresarial fue detallando uno a uno los puntos que componen la hoja de ruta para los próximos años: dar continuidad en el tiempo al Encuentro Mediterráneo de la Empresa Familiar y consolidarlo; trabajar para seguir sumando asociados a una entidad que ya cuenta con un centenar de empresas; dotar de mayor proyección y visibilidad a los empresarios familiares; e incidir en aquellas actividades que preocupan en especial a los socios, como todo lo que gira en torno a la sucesión.
Ahora bien, a todo esto, como admitió el también presidente de Grupo Marjal, se suma otro reto clave en estos momentos para la provincia de Alicante: el de desempeñar un papel de «conciliadores» y «aglutinadores», términos éstos que literalmente utilizó el dirigente de AEFA, ya no sólo entre el empresariado en general, sino también entre el resto de patronales. Evidentemente, Francisco Gómez, que también es vicepresidente de Coepa, no hizo alusión alguna al pulso que mantienen hoy por hoy esta última organización y Cepyme. Simple y llanamente vino a decir, y lo hizo con conocimiento de causa tras haber estado hasta el martes en el congreso del Instituto de la Empresa Familiar celebrado en Bilbao, que, «si somos un referente en la red territorial de las asociaciones familiares y somos de los que más asociados tenemos en España, estamos obligados a ejercer un papel de unificadores entre los empresarios de Alicante, para que podamos poner en valor esta provincia». De momento, tiene cuatro años por delante para intentarlo, y acabar así con el mal endémico de la división.
