Mantienen los empresarios Juan Ferri y Jose Baldó que no existe un perjuicio real a las entidades que financiaron el proyecto de Gran Coral, tal y como concluyen tanto Bankia como el instructor de la causa, sino que se trata de una «mera provisión contable» a la que se llegó por la exigencia a bancos y cajas de ahorros de ampliar sus provisiones para el reforzamiento del sistema financiero.
Afirman los hoteleros que como consecuencia de esa financiación Bankia, como sucesora de Bancaja, tiene un riesgo vivo de 467 millones de los que la entidad ha provisionado 292. «Y todo ello se presenta como perjuicio económico», cuando «el Grupo Gran Coral tiene activos suficientes para garantizar el pago íntegro de la deuda que en la denuncia se han presentado artificialmente como perjuicio causado (...) y tiene activos suficientes, además, para una vez cumplidas todas sus obligaciones de pago, revertir importantes beneficios a sus socios, entre los que se encuentra las entidades bancarias acusadoras en esta causa, Bankia y Caixabank».
Explican también al juez que la inversión total de los socios, entre los que se encuentran ellos, fue de 167 millones de dólares ascendiendo la financiación viva a octubre de 2013 a 629 millones y contando el grupo empresarial con activos por importe de 1.162 millones de dólares. Hacen aquí referencia a una junta celebrada el 15 del mes pasado donde se puso de manifiesto que el riesgo vivo se había reducido a 562 millones. «Así, en la peor de la previsiones posibles, de pérdida total de inversión y de financiación, el valor de tasación de los activos superaría todavía dichas cuantías en 433 millones. (...). Las ganancias para los socios, produciéndose una íntegra devolución de los créditos y de las aportaciones realizadas (...) serían de un beneficio latente superior a los 400 millones de dólares», dicen.
