Los cerca de 500 empresarios y directivos que participan en el XVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar puntuaron con una media de 5,3 (en una escala de 0 a 9) la situación económica de España, la nota más alta desde que se realiza esta encuesta que comenzó en 2008. Sin embargo a la situación política le dan un 2,08.

Estos datos fueron utilizados de partida por el presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Emilio Ontiveros, y el profesor emérito de Economía de IESE Business School, Juan José Toribio, para dar respuesta positiva a la pregunta «¿Está consolidada la recuperación?», con la que se planteó un debate a dos.

Ontiveros considera que la recuperación está consolidada, «aunque el próximo año se crecerá por debajo del 3 % del PIB previsto para este año». No obstante, destacó que «España es la economía que más se puede beneficiar de la propulsión de los factores externos, pero también la más perjudicada si remiten». Por su parte, Toribio señaló que hay que situar la recuperación en el contexto internacional. «El FMI dice que hay que acostumbrarse a tasas de crecimiento menores a nivel mundial. Y en Europa hemos agotado los instrumentos para estimular la economía y cualquier incremento a nivel de política monetaria puede ser peligroso», señaló Toribio, que añadió que «la consolidación debe hacerse con reformas estructurales a nivel europeo y local».

Reformas

En el marco de esas reformas, Ontiveros situó los planes de inversiones europeos. «Europa crecerá el 1,5 % este año y el próximo igual, y el FMI no cree que se supere hasta 2020. Por eso es fundamental el "plan Juncker". Hay que tomar decisiones de envergadura para compensar el trabajo de política monetaria. Pese a los tipos de interés bajos, la inversión en Europa no crece y sin inversión no hay incremento de producitividad», apuntó el presidente de AFI. Su colega Toribio insistió en que la política monetaria ha llegado a su límite y la inversión en infraestructuras es una reforma estructural, pero no es la única.

Con respecto a la situación política de España, ambos reconocieron que influye en la desaceleración, pero añadieron que tiene un efecto limitado porque no está en cuestión la permanencia en la eurozona. En lo que no coincidieron los economistas fue a la hora de juzgar si es necesaria una nueva reforma laboral.