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Fuga de empresas por temor a los impuestos y la izquierda

Coepa culpa al discurso «hostil» lanzado por algunos partidos de este fenómeno

La Comunidad Valenciana ha perdido atractivo para las empresas. Al menos así se deduce de los últimos datos aportados por la agencia de «rating» Axesor, que señalan que, tras cuatro años con saldos positivos, durante el primer semestre de 2015 fueron más las compañías que decidieron marcharse de la autonomía hacia otras zonas de España de las que llegaron para instalar aquí su sede social. Un cambio de tendencia que desde la patronal alicantina Coepa no dudan en vincular con el discurso «hostil» hacia el mundo de los negocios que mantienen algunos partidos de izquierda, que, a su juicio, ha sembrado dudas entre los empresarios.

Una incertidumbre a la que, desde organizaciones como la Asociación de la Empresa Familiar, añaden los efectos del último cambio en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que hacen más atractivo para las compañías fijar su domicilio en comunidades como Madrid, de cara a un posible traspaso de la titularidad de la firma.

Así, entre enero y junio de este año fueron 257 las empresas de la Comunidad Valencian que decidieron coger los trastos y marcharse a otras autonomías, frente a las 239 que hicieron el recorrido a la inversa. Un saldo negativo de 18 compañías que contrastan con lo ocurrido en los cuatro ejercicios anteriores, cuando fueron más las que llegaron que aquellas que se fueron.

Por ejemplo, en 2014 se marcharon 444 firmas pero llegaron 480, lo que arroja un balance positivo de 36 compañías. En 2013 se ganaron 121 empresas en la autonomía por esta vía, en 2012 fueron 116 y en 2011 sumaron 106.

¿Qué ha ocurrido para que se produzca este cambio? ¿Por qué ahora son más las que quieren abandonar la Comunidad? Para el presidente de Coepa, Moisés Jiménez, las causas hay que buscarlas en el discurso «hostil» y «contrario al empresariado» que, a su juicio, mantienen algunos partidos de izquierda, que ya en los primeros meses del año se veían con opciones de llegar al Consell.

«El estar amenazando a las empresas, por así decirlo, desde el punto de vista fiscal y culpándolos de todos los males no es inocuo. Al final, vas a ir donde te pongan menos trabas para trabajar», apunta Jiménez quien recuerda, por ejemplo, la arenga que recibieron recientemente en un foro por parte del agricultor que la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, había escogido para presentarla. «Al final se genera un ambiente que no es nada favorable a los negocios», insiste el presidente de Coepa, quien reclama al Ejecutivo que abandone los discursos «populistas».

Preparar la sucesión

El presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa), Francisco Gómez, también apunta al temor al cambio de Gobierno y, sobre todo, a su política fiscal como uno de los factores de esta fuga de negocios. No obstante, añade que los cambios introducidos por el anterior Consell de Alberto Fabra en el Impuestos sobre Sucesiones y Donaciones también tienen mucho que ver con el cambio de tendencia ya citado.

Gómez se refiere a la decisión del Ejecutivo de Fabra de reducir del 99% al 75% la bonificación que se aplica en este tributo, lo que, en la práctica, supuso una subida de la cuota a pagar para recibir una herencia. Una bonificación que sí se mantiene en otras regiones como Madrid, donde se trasladaron casi la mitad de las firmas que abandonó la Comunidad en el primer semestre.

Esta región también mantiene uno de los tipos más bajos en el IRPF para las rentas más altas, otro incentivo más para marcharse. Por eso, Gómez reclama la unificación de los impuestos en las distintas autonomías para evitar estos agravios. Una reclamación que comparten todas las asociaciones de empresa familiar de España.

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