La luz y la gasolina han propiciado que el índice de precios de consumo (IPC) se mantenga en negativo en septiembre, por segundo mes consecutivo, con una caída del 0,9%, la mayor desde febrero de este año. En los últimos quince meses, únicamente en dos de ellos (junio y julio de 2015) se ha registrado una tasa positiva y en ambos casos de sólo el 0,1%.

Entre los grupos con mayor influencia en la bajada anual de los precios está la vivienda, con una variación negativa del 4,4%, debido al descenso de los precios de la electricidad, frente a la subida registrada el pasado año. También repercutió el transporte, con una tasa negativa del 6,4%, consecuencia de la bajada de los precios de los carburantes y lubricantes, que se mantuvieron estables el año pasado.

Tras conocer estos datos, el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, afirmó que el IPC podría cerrar el año «cercano al 0% o ligeramente en positivo». Además, indicó que la caída de los precios es positiva porque incrementa la capacidad adquisitiva de las familias, reduce el coste de las empresas y mejora el saldo exterior, al ser España un país importador de petróleo.

Asimismo, la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó su tasa anual una décima, hasta el 0,8%, un dato que, según Fernández de Mesa, «es consistente con la fase de recuperación económica, de crecimiento del empleo y de avance del consumo privado».

Asimismo, la tasa anual del IPC disminuyó en todas las comunidades autónomas y se situó en valores negativos en todas ellas. Las mayores bajadas se registraron en Castilla-La Mancha (1,5%), Extremadura (1,5%), Cantabria (1,4%) y Castilla y León (1,4%). En la Comunidad Valencian el descenso fue del 0,8%, según el INE. Por el contrario, los precios cayeron menos en Baleares (-0,4%) y en el País Vasco y Cataluña, donde retrocedieron cinco décimas.